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Nubarrones y otros factores

Nubarrones y otros factores

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Aunque desconozco el campo de la meteorología para hablar con el pertinente rigor, fueron los factores climáticos los que me inspiraron para este artículo por su extraña y metafórica similitud con la comunicación corporativa interna, es decir, la que se da en las organizaciones.

En ocasiones se interponen grandes nubes entre los líderes y sus equipos, haciendo que no fluya la comunicación entre ellos y generando desde pequeños chubascos y precipitaciones de carácter débil a grandes tormentas. El diccionario describe la palabra nubarrón como nube grande y oscura, pero también la describe como problema, complicación o amenaza de desastre.

En una organización, los nubarrones pueden ser canales o herramientas de comunicación inadecuadas o inexistentes, puede tratarse también de una mala planificación y gestión del propio proceso de comunicación interno, o también puede tratarse de personas que impiden que esta circule en todas sus direcciones: ascendente, transversal o descendente. Podemos tener en nuestros equipos esas grandes nubes oscuras que no dejan pasar el sol, bien sea por desidia, por falta de sentimiento de pertinencia, o bien por deslealtad, intereses propios o estrategia. La comunicación interna es fundamental para transmitir la misión, la visión y los valores de la empresa, así como para comunicar los objetivos estratégicos y para alinear a toda la organización hacia los mismos logros de una forma sincrónica. Es algo indispensable para aumentar la eficacia de los equipos, para integrar y motivar, pero es especialmente necesaria para reducir la incertidumbre. Se precisa de altas dosis de autenticidad y transparencia para luchar contra el recelo y la inseguridad. La incertidumbre hace que aparezcan los rumores, mensajes que son fruto de interpretaciones y que se difunden rápidamente dentro de las organizaciones en la comunicación informal, bulos que en muchas ocasiones las personas interpretamos como verdades absolutas.

Aunque no todo es negativo en los rumores, estos pueden afectar al clima laboral. La circulación de algún tipo de chisme es inevitable, pero cuando los rumores en las empresas alcanzan cierta relevancia, es porque estos son directamente proporcionales a la mala gestión de su comunicación interna o bien también puede ser debido a cortocircuitos internos intencionados.

La comunicación forma parte de la condición humana y las empresas no dejan de ser comunidades humanas con códigos propios. Podemos encontrar en la teoría de la comunicación humana de Paul Watzlawick, teórico y psicólogo, algunos aspectos clave a considerar. El autor afirma en uno de los cinco axiomas que conforman la teoría, que es imposible no comunicarse, porque todo comportamiento es una forma de comunicación, por tanto, el comportamiento de líderes y equipos es una forma de comunicarse en las organizaciones, dado que no existe el “no comportamiento.” Todo comunica, hasta el silencio. Watzlawick también nos habla de dos niveles en comunicación, contenido y relación, así como de la comunicación digital “lo que se dice” y la analógica “cómo se dice”. Teniendo en cuenta algunos de estos aspectos y aplicando los mismos a los procesos de comunicación, podemos evitar días nublados en nuestras empresas, chaparrones inesperados o grandes tempestades. Si los nubarrones son personas, entonces habrá que ser lo suficientemente ágiles y creativos para reconducir el tema y crear puentes que acerquen a líderes y equipos.

Nuvolots i altres factors climàtics

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