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Sostenerse en el VUCA

Sostenerse en el VUCASEGRE

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rganizaciones y profesionales nos vemos inmersos en un entorno cambiante que evoluciona a una gran velocidad. Nos guste o no, ya formamos parte del denominado entorno VUCA, acrónimo inglés, o VICA, es decir, nos movemos en un escenario volátil, incierto, complejo y ambiguo. Entendemos volátil como aquello inestable, implícito en la dinámica del cambio, poco previsible. Nos referimos a incierto cuando hablamos de algo con baja predictibilidad, que pueda provocar sorpresa, sobresalto o desconcierto. Hablamos de complejidad para referirnos, por ejemplo, a la multicausalidad y a los diferentes factores que interconectados no nos lo ponen fácil, y finalmente concebimos el concepto ambiguo como aquello que puede ser comprendido o interpretado de formas distintas. La suma de todo ello obliga a las organizaciones a aplicar la flexibilidad y la adaptabilidad a su planificación estratégica, al servicio, no lo olvidemos, de las necesidades y expectativas de todos y cada uno de sus grupos de interés. Sostenerse en un entorno VUCA no es sencillo, puesto que requiere agilidad en la gestión y tener la capacidad y la habilidad para conducir y reorientar a la organización siempre que se presente una dificultad, desafío o bien un momento de oportunidad. Como apunta el modelo europeo de excelencia EFQM 2020, es necesario que las organizaciones sean capaces de “gestionar el funcionamiento y también gestionar la transformación”. Del entorno VUCA deberán apearse los modelos organizativos resistentes al cambio, empresas con sistemas de gestión arcaicos y ciertos patrones que, aunque hasta ahora se han mantenido, están obsoletos. El citado escenario requerirá también de un liderazgo capaz de sostenerse y sostener. Líderes saludables, íntegros, éticos, orientados a personas, que practiquen el pensamiento disruptivo, aquel que no se pone límites. Un tipo de liderazgo que lejos de etiquetas y de los arquetipos más conocidos, sea capaz de infundir confianza, movilizando y seduciendo a individuos y grupos para alcanzar un propósito. Líderes capaces de crear ámbitos donde el tropiezo y el error se contemplen también como una posibilidad y no sean sinónimo de flaqueza y fragilidad u objeto de culpa. Líderes creativos y creadores de espacios donde el equipo participa abiertamente, haciendo contribuciones con libertad, y pueda ejecutar sin miedo a equivocarse y aprenda del error. Líderes que trabajan para contribuir al bienestar del equipo, guiando a individuos y grupos para que se movilicen con entusiasmo en pro de la mejora continua y de la innovación. ¿Cómo deberían ser los equipos para un entorno VUCA? Probablemente, diversos e inclusivos, grupos donde puedan convivir, aportar y sumar individuos y colectivos, independientemente de a qué clasificación sociológica pertenezcan, generación X, milenials, etc. Grupos empoderados en los que la organización confía y a los que la organización cuida y apoya. Aunque en este sentido existen aún brechas significativas, para abordar entornos volubles e inestables, las empresas cuentan con dos herramientas fundamentales: la comunicación y la formación. Planear la comunicación para contrarrestar la incertidumbre y la ambigüedad, transmitiendo el propósito, la visión, los objetivos, de forma clara y sencilla. Diseñar planes de desarrollo que favorezcan el crecimiento personal y profesional y la actualización constante. En definitiva, profesionales entrenados para vivir en permanente transformación y que vean una ocasión en cada incertidumbre.

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