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CIVIL WAR

★★★✩✩

Una guerra fratricida deja graves cicatrices en un país. El escritor y director británico Alex Garland nos lleva hasta el corazón de las tinieblas con Civil War, una película distópica enmarcada en un futuro cercano. Tanto que parece estar a la vuelta de la esquina, y nos describe un enfrentamiento bélico en Estados Unidos entre las fuerzas gubernamentales y las revolucionarias de dos estados, California y Texas.Estamos ante una pesadilla que se ha extendido hasta las zonas rurales, donde unos luchan contra otros sin un sentido que guíe al espectador, ya que Garland no explica el cómo ni el porqué de esta explosión de violencia colectiva. Todo tiene una atmósfera de ambigüedad evidente, las escenas son crudas, intensas, con la amenaza de la muerte en cualquier lugar, en cualquier paraje donde se encuentren grupos armados, francotiradores, o por el imparable avance de las tropas rebeldes.Las imágenes son apocalípticas. Carreteras repletas de vehículos abandonados, calles desiertas, cadáveres esparcidos o fosas comunes. Son escenas que recuerdan una serie de zombis sin zombis, son hombres que se matan entre sí en su propio territorio.Pero esa no es la base de la trama de Civil War. Alex Garland se centra en cuatro personajes, periodistas arquetípicos en un viaje de más de mil kilómetros para llegar hasta Washington DC y entrevistar al presidente del país antes de que lleguen allí las tropas enemigas del Estado. Ese grupo formado por un periodista muy veterano, otro curtido en mil conflictos –pero que no puede ocultar su rabia y temor–, una fotógrafa de renombre –reconocida y versada en guerras– y una joven reportera gráfica, cuya bisoñez la coloca siempre en la boca del león, serán testigos de esta sórdida historia de un país desfragmentado, de gente criminal que hace uso de la violencia más arbitraria –la escena con Jesse Plemons es definitoria–.Esa América que retrata este director considerado de culto es la más radical. Crea controversia y nos muestra la cara más oscura de una ficción que por momentos se antoja que avisa sobre la peligrosidad del caos –todo el mundo recuerda el asalto al Capitolio en 2020–, pese a que la película no tenga una idea concisa sobre lo que muestra, y en el que el periodismo y los peligros de ejercerlo en medio de la contienda tampoco descubra nada que no hayamos visto en otros films como Salvador o Bajo el fuego. Sin embargo, el realismo de algunas escenas perturba en un mundo cada vez más en estado de alerta, ese que, a causa de cualquier chispa, pueda provocar un gran e imparable incendio.

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