EDITORIAL
La táctica Rajoy
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, declaró este miércoles como testigo en el caso Gürtel que afecta a la financiación irregular del PP y como era previsible no aclaró absolutamente nada y pese a haber ocupado todos los cargos en el partido durante los últimos lustros se amparó en la conocida táctica, que está dando buenos resultados ante la justicia, de no saber nada.
Pese a que el juez Ruz en el auto que cerraba la investigación dijera que “queda indiciariamente acreditado que la formación política Partido Popular desde 1990 y al menos hasta 2008 habría venido sirviéndose de diversas fuentes de financiación ajenas al circuito económico legal”, Rajoy aseguró no haber oído hablar nunca de financiación irregular del partido.
Sus evasivas se centraron en alegar que tenía responsabilidades políticas y no contables, admitió que cobraba un sobresueldo antes de llegar al Gobierno, pero completamente legal, negó los papeles de Bárcenas, no sabe nada de las obras en la sede y descargó responsabilidades en el tesorero Lapuerta y en Esperanza Aguirre en el ámbito político.
Zanjó el supuesto apoyo a Bárcenas con soliloquios sobre sus mensajes al extesorero en torno a la frase “hacemos lo que podemos” y “hasta donde sabe” pagó su partido el viaje que hizo con su familia a Canarias.
Declaró durante 113 minutos, sin aclarar nada, ni convencer a nadie más que a los suyos y salió encantado de haber colaborado con la justicia. Curiosa colaboración decir que no sabe nada y curiosa forma de lucha contra la corrupción.
Desconexión exprés
La mayoría parlamentaria formada por Junts pel Sí y la CUP aprobó ayer la reforma del reglamento del Parlament para aprobar en lectura única, sin enmiendas y por la vía de urgencia los proyectos que presente un solo grupo, y no todos como hasta ahora y que se quiere aplicar para la ley del referéndum y la de transitoriedad jurídica.
Como dijo la CUP, hay que hacer lo que sea para llegar al referéndum y a la independencia, aunque haya reticencias del Consell de Garanties Estatutàries y aunque leyes tan trascendentales se aprueben sin el mínimo debate democrático.