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Cumplía ayer diez años el Museu de Lleida y la efemérides coincidió con otra mala noticia para la entidad en forma de sentencia de la Audiencia Provincial de Huesca que desestimaba los recursos presentados por la Generalitat, el MNAC y el Consorci del Museu contra la sentencia del juzgado de Huesca que daba la razón al gobierno de Aragón y al ayuntamiento de Villanueva de Sigena sobre el arte del monasterio. La Audiencia considera que los bienes litigiosos forman parte de un bien de interés cultural y están incluidos en la declaración de monumento nacional del 28 de marzo de 1923 y reconoce que Aragón “está legitimado para ejercitar todas las acciones civiles de cara a la protección del conjunto monumental en su integridad, de lo cual deducimos que también lo está para reclamar el retorno de las obras litigiosas al Real Monasterio al que pertenecían”. Por otra parte, cuestiona la venta de los bienes a la Generalitat porque quien aparecía como vendedora era la priora de Valldoreix, sin que se haya justificado que la comunidad de Sigena se integrara en aquella y más cuando en el documento de entrega se especifica que la priora de Sigena podrá retirar en cualquier momento todos o parte de los bienes que dejaba en depósito. En consecuencia, desestima los recursos, anula las compraventas de la Generalitat, estipula que la propiedad es de la Orden Sanjuanista del Real Monasterio de Sigena y ordena el traslado de los bienes en litigio a este monasterio. Una mala noticia para Lleida que se suma a la orden del ministro, en funciones de conseller de Cultura por el 155, para entregar estas 44 obras en litigio y a la intención del obispado de Barbastro de aprovechar el 155 para reclamar las otras 112 obras en discusión procedentes de las parroquias de la Franja que también están el Museu de Lleida. Pero aunque Aragón ya ponga fechas por su cuenta para la entrega de estas obras, aún quedan recursos que deben agotarse en todos los casos: primero en casación y posteriormente, si hiciera falta, ante el Supremo para defender los intereses del Museu y su integridad. Y lo primero es reactivar el consorcio como responsable de la gestión y la defensa del patrimonio del Museu para evitar la sensación de indefensión que se tiene. Ciertamente, hay un patrono que está intervenido y que preside el consorcio, y no se puede esperar nada del ministerio pero quedan cuatro patronos más que deben coordinarse y actuar.

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