Locales inactivos, botellones multiplicados

Las fiestas nocturnas de jóvenes bebiendo alcohol en la vía pública, los denominados botellones, ya hace unos cuantos años que se celebran en Catalunya y todo el estado. Lleida no es una excepción y la canalización del río Segre a su paso por la capital ya solía acoger alguno de forma más o menos habitual.

El problema es que ahora se han convertido en mucho más multitudinarios y se hacen a diario durante los fines de semana y vísperas de festivos. Esto provoca que la que es una de las principales zonas verdes de la ciudad y quizás la más utilizada para pasear y hacer deporte queda convertida muchas mañanas en un auténtico basurero en varios de sus tramos, donde además abundan los cristales de botellas rotas.

Es muy difícil poner coto al botellón porque, entre otros factores, beber alcohol está bien visto socialmente, se asocia a fiesta y diversión, para los adolescentes es una especie de rito con el que definitivamente dejan atrás la infancia y, además, este colectivo y buena parte del resto de jóvenes tienen una capacidad adquisitiva limitada, lo que hace que prefieran esta práctica a la que era más habitual hace unas décadas de consumir el alcohol en los pubs y discotecas. Y ahora el botellón prolifera más que nunca porque se ha terminado el toque de queda al decaer el estado de alarma hace nueve días, pero los locales de ocio nocturno continúan cerrados.

Es una situación paradójica y no parece descabellado preguntarse qué es mejor a nivel sanitario en relación a la pandemia y también en materia de convivencia: que los jóvenes se reúnan de forma descontrolada para beber y estar de fiesta en la calle o que haya locales abiertos que obliguen a seguir unas determinadas pautas. Y a nivel de Lleida ciudad también sería necesario tomar alguna medida para evitar la lamentable imagen que ofrece muchos días el parque de la canalización.

Como dice la presidenta vecinal de Cappont, Veni Ros, no se trata de coser a multas a los jóvenes, pero sí que hay velar para evitar que cada día esta zona verde esté llena de todo tipo de desechos.

Fracaso del Força Lleida El Força Lleida, hasta ahora el principal equipo de baloncesto masculino de la provincia, consumó ayer su descenso a la LEB Plata, donde juega el Pardinyes.

Siempre cabe recurrir al tópico de la mala suerte y pensar que todo hubiera sido muy diferente sin el brote de Covid que afectó al equipo cuando mejor jugaba hacia al final de la primera fase. Pero lo cierto es que el club planteó esta temporada para dar un salto de calidad, mantuvo a un entrenador muy experimentado y fichó a algunos jugadores teóricamente con una calidad contrastada en la categoría, pero ni el uno ni los otros han estado a la altura.