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La Abogacía del Estado defiende la misma tesis que la Fiscalía y reclama al juez que instruye el caso del procés, Pablo Llarena, que incluya el delito de desórdenes públicos agravados contra el expresidente catalán Carles Puigdemont. Junto a este delito, también pide que tanto al exlíder de Junts como a los exconsellers Toni Comín y Lluís Puig se les persiga por desobediencia y malversación de caudales públicos. La abogada del Estado, Rosa María Seoane, argumenta en su petición a Llarena que “no se puede excluir de plano” este nuevo delito para perseguir al expresidente catalán.

Por eso le reclama que lo incluya porque, de no hacerlo, en la fase de enjuiciamiento no se podrá acusar al expresidente de este delito y se tendrían que limitar al de desobediencia y malversación de caudales públicos.“Esa exclusión meridiana de la aplicación de los tipos delictivos en cuestión no es inocua para el curso del proceso y se proyecta más allá”. La Abogacía apoya la tesis de la Fiscalía, que apuntaba que el relato de “hechos probados” de la sentencia del Tribunal Supremo de octubre del 2019 recoge en diversos pasajes hechos “tumultuarios con resultado de alteraciones graves del orden público, dificultades y cortes en la circulación, invasión de instalaciones y edificios con grave afectación del funcionamiento de la Administración de Justicia”. Y estos hechos no pueden quedar “despenalizados” o limitados a una mera desobediencia como pretende Llarena.

Resulta muy llamativo que tanto la Fiscalía del Tribunal Supremo como la Abogacía del Estado, que penden directamente del Gobierno, intenten juzgar a Puigdemont por un delito que no existía en 2017. Llamativo y legalmente discutible según varios prestigiosos juristas y el propio Llarena, porque la Justicia tiene la obligación de ser previsible y no se puede multar a nadie por ir a 120 kilómetros en 2017 si en ese año esa velocidad hubiera estado permitida. Y, por supuesto, también parece incongruente que si lo que se pretendía con el cambio penal era desjudicializar el procés, ahora sus reclamaciones contrarias al instructor Pablo Llarena nos conduzcan a todo lo contrario.

Los lazos con Francia

Al margen de la traslación a la calle del pulso actual del independentismo, dividido totalmente en el Parlament, con Junts fuera del Govern y ERC de anfitrión de la cumbre franco-española, pero manifestándose fuera, este encuentro entre los estados tiene muchas asignaturas pendientes, algunas de las cuales afectan y mucho a Lleida, desde varias de comunicaciones transfronterizas hasta el trasvase del Ródano, varias veces planteado y siempre rechazado y, por supuesto, las interconexiones energéticas, que en principio son el punto principal.

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