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Cuatro de cada diez responsables de explotaciones agrarias de las comarcas de Lleida supera los 65 años, es decir, ha alcanzado ya la edad de jubilación, mientras que los menores de 41 no llegan al 10 por ciento. En la misma línea, uno de cada cuatro “jefes” de finca está en la franja de entre 56 y 65 años y por cada mujer al frente de un negocio agrícola o ganadero hay dos hombres en su misma situación laboral. Estos son los principales datos de un informe sobre la situación del sector primario elaborado por la conselleria de Acción Climática y demuestran que este ámbito debe hacer frente a grandes retos para asegurar su futuro. Uno de ellos es convertirlo en atractivo para los más jóvenes, extremo de por sí ya complicado puesto que las labores del campo se caracterizan por la falta de horarios y su dependencia de las inclemencias meteorológicas, a pesar de las mejoras respecto a solo unas décadas atrás gracias a los avances tecnológicos y a las predicciones mucho más acertadas. Además, los bajos precios que a veces ni cubren los costes, la burocracia cada vez más agobiante y la competencia desleal son otros hándicaps del mundo agroganadero, que han hecho que sus profesionales organicen sonoras y contundentes protestas exigiendo medidas para paliar la situación. Y, por si fueran pocos los contratiempos y tal como hemos dicho, el campo “aún es cosa de hombres” a tenor de la radiografía presentada por la Generalitat: de los 19.025 responsables de explotaciones de las comarcas leridanas solo 5.619 son mujeres y las de mayor edad, que superan la teórica de jubilación, son 3.055. De 41 a 55 años no llegan ni al millar (938) y apenas 295 conforman el colectivo de las payesas más jóvenes. Ante este panorama, es necesario que las administraciones den respuestas a las demandas, más que justas, de un sector que es vital y no solo para las comarcas de Ponent, que sin duda lo es, sino que también para toda Catalunya. Uno de los eslóganes de las manifestaciones recientes era claro: “La nostra fi és la vostra fam.” No se trata solo de un lema reivindicativo sino que es el anuncio de lo que pasará si no se adoptan medidas y se dan soluciones en breve. El Sant Jordi del teatroMás de 145 espacios escénicos de Catalunya, una docena de ellos de Ponent, se sumaron a la iniciativa Cap butaca buida que pretende convertirse en una especie de Sant Jordi de las artes escénicas para llenar las salas de teatro, al menos por un día, superando así un récord mundial. La campaña, impulsada por la Associació d’Empreses de Teatre de Cataluya, 3Cat y Time Out, tendrá continuidad el próximo año. Pero su verdadero objetivo debe ser fidelizar a un público para que vaya más a menudo al teatro

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