Así afecta el magnesio a tu cuerpo: para qué sirve, beneficios y cómo tomarlo correctamente cada día
Descubre cómo este mineral esencial puede ayudarte a dormir mejor, reducir el estrés y cuidar tu corazón

Las verduras de hoja verde son alimentos ricos en magnesio.
El magnesio se ha posicionado como uno de los minerales más importantes para el correcto funcionamiento del organismo humano. Según los últimos datos analizados por expertos en nutrición, este elemento participa activamente en más de 300 reacciones bioquímicas fundamentales y resulta determinante para mantener un estado óptimo de salud. A pesar de su relevancia, las estadísticas indican que un porcentaje significativo de españoles no alcanza los niveles recomendados de este mineral en su dieta diaria, lo que puede desencadenar diversas complicaciones de salud a corto y largo plazo.
La deficiencia de magnesio en la población española ha comenzado a preocupar a los especialistas sanitarios. Aunque es posible obtenerlo a través de una alimentación equilibrada rica en semillas y frutos secos, verduras de hoja verde y cereales integrales, los hábitos alimenticios modernos frecuentemente no incluyen estos alimentos en cantidades suficientes. Esta carencia nutricional silenciosa puede manifestarse en forma de fatiga crónica, calambres musculares, alteraciones del sueño y, en casos más graves, complicaciones cardiovasculares que podrían prevenirse con una correcta ingesta.
La importancia de este mineral se ha puesto de relieve en diversas investigaciones médicas recientes que señalan cómo su adecuada presencia en el organismo contribuye significativamente a la prevención de enfermedades crónicas. Los expertos recomiendan prestar especial atención a los niveles de magnesio, especialmente en determinados grupos de población con mayor riesgo de deficiencia, como personas con estrés crónico, deportistas de alto rendimiento o pacientes con ciertas patologías digestivas que dificultan su absorción.
Beneficios clave del magnesio para la salud
Incorporar cantidades adecuadas de magnesio en nuestra rutina diaria puede proporcionar beneficios sustanciales para el organismo. Entre las ventajas más destacadas se encuentra la mejora significativa en la calidad del sueño, ya que este mineral ejerce un efecto relajante sobre el sistema nervioso y la musculatura. Numerosos estudios han confirmado que niveles óptimos de magnesio ayudan a combatir el insomnio y favorecen un descanso más reparador, algo especialmente relevante en una sociedad donde los trastornos del sueño afectan a millones de personas.
Otro aspecto fundamental es su contribución a la salud ósea. El magnesio regula el metabolismo del calcio y la vitamina D, elementos esenciales para mantener la densidad mineral ósea adecuada. Según investigaciones recientes, este mineral podría jugar un papel crucial en la prevención de la osteoporosis, una enfermedad que afecta especialmente a mujeres postmenopáusicas en España, con una incidencia que supera el 30% en este grupo poblacional.
En el ámbito cardiovascular, el magnesio desempeña funciones vitales. Este mineral contribuye al mantenimiento de un ritmo cardíaco normal y participa activamente en la regulación de la presión arterial. Estudios epidemiológicos han demostrado que personas con niveles adecuados de magnesio presentan menor riesgo de desarrollar hipertensión arterial, arritmias y otras complicaciones cardíacas. Los datos sugieren que podría reducir hasta en un 15% el riesgo de eventos cardiovasculares graves en población con factores de riesgo.
Fuentes alimenticias ricas en magnesio
Aunque los suplementos pueden ser necesarios en determinados casos, los especialistas en nutrición coinciden en que la mejor manera de obtener magnesio es a través de una alimentación variada y equilibrada. Entre los alimentos más destacados por su contenido en este mineral se encuentran las espinacas, que aportan aproximadamente 78 mg por cada 100 gramos. Los frutos secos, especialmente las almendras, son otra excelente fuente, proporcionando cerca de 270 mg por cada 100 gramos consumidos.
El aguacate, además de sus conocidos beneficios por sus grasas saludables, contiene una cantidad significativa de magnesio que alcanza los 29 mg por cada 100 gramos. El pescado, particularmente el salmón, aporta unos 30 mg por ración estándar. Incluso alimentos como el chocolate negro con alto contenido en cacao (superior al 70%) pueden contribuir a incrementar los niveles de este mineral, con aproximadamente 228 mg por cada 100 gramos consumidos.
Los expertos señalan que una dieta mediterránea tradicional, tan arraigada en la cultura española, suele proporcionar cantidades adecuadas de magnesio cuando se basa en alimentos frescos y se limita el consumo de productos ultraprocesados. Sin embargo, factores como la agricultura intensiva y el empobrecimiento de los suelos han reducido el contenido mineral de algunos alimentos en comparación con décadas anteriores, lo que dificulta alcanzar las cantidades recomendadas únicamente a través de la dieta.
Grupos de población con mayor riesgo de deficiencia
Determinados colectivos presentan un riesgo incrementado de sufrir carencias de magnesio. Las personas sometidas a altos niveles de estrés crónico suelen experimentar mayor pérdida de este mineral, ya que las situaciones estresantes aumentan su excreción a través de la orina. Según datos recientes, aproximadamente el 42% de los trabajadores españoles reporta niveles elevados de estrés laboral, lo que podría relacionarse con deficiencias nutricionales específicas, incluida la de magnesio.
El consumo excesivo de alcohol constituye otro factor de riesgo significativo. El alcohol no solo interfiere con la absorción intestinal del magnesio, sino que también aumenta su eliminación renal. Estudios realizados en población española indican que el consumo habitual de bebidas alcohólicas puede reducir hasta en un 30% los niveles séricos de este mineral, especialmente en bebedores crónicos.
Ciertas condiciones médicas también predisponen a la deficiencia de magnesio. Patologías como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, la enfermedad celíaca o la diabetes tipo 2 afectan negativamente a la absorción o retención de este nutriente. Asimismo, el uso prolongado de determinados medicamentos como diuréticos, inhibidores de la bomba de protones o ciertos antibióticos puede provocar una disminución significativa de los niveles de magnesio en el organismo.
Consideraciones sobre los suplementos de magnesio
Cuando no es posible obtener cantidades suficientes de magnesio a través de la alimentación, los suplementos pueden representar una alternativa eficaz. Sin embargo, los especialistas advierten que su consumo debe realizarse siempre bajo supervisión médica, ya que pueden producirse interacciones con ciertos medicamentos. Por ejemplo, los antibióticos de la familia de las tetraciclinas y las quinolonas pueden formar complejos con el magnesio que reducen la absorción de ambos compuestos.
Entre los efectos secundarios más frecuentes asociados al consumo de suplementos de magnesio destacan las molestias gastrointestinales, principalmente diarrea y calambres abdominales. Estos síntomas suelen ser dosis-dependientes y tienden a desaparecer al ajustar la cantidad o cambiar la formulación del suplemento. Los expertos recomiendan comenzar con dosis bajas e ir incrementándolas gradualmente para minimizar estas reacciones adversas.
Existen diferentes tipos de suplementos de magnesio en el mercado, cada uno con características específicas en cuanto a biodisponibilidad y tolerancia digestiva. El citrato de magnesio presenta una buena absorción y suele ser bien tolerado; el glicinato se asocia con menos efectos secundarios gastrointestinales; mientras que el óxido de magnesio, aunque es más económico, tiene una biodisponibilidad inferior. La elección del suplemento más adecuado debe realizarse considerando las necesidades individuales y posibles condiciones médicas preexistentes.
¿Qué es el magnesio y por qué resulta esencial para el organismo?
El magnesio es un macromineral esencial para el ser humano que ocupa el cuarto lugar en abundancia dentro del organismo. Aproximadamente el 60% se encuentra en los huesos, un 39% en los tejidos blandos y apenas un 1% circula en la sangre. Este elemento desempeña un papel crucial en la producción de energía celular, participando activamente en el metabolismo de los carbohidratos y las grasas.
A nivel molecular, el magnesio funciona como cofactor en más de 300 sistemas enzimáticos que regulan diversas reacciones bioquímicas en el cuerpo. Entre estas funciones destaca su participación en la síntesis de proteínas, la transmisión nerviosa, la contracción muscular y la regulación de la glucosa en sangre. Además, este mineral contribuye significativamente al mantenimiento del equilibrio electrolítico y la estabilidad de las membranas celulares.
La ingesta diaria recomendada de magnesio varía según la edad y el sexo. Para hombres adultos se sitúa entre 400-420 mg diarios, mientras que para mujeres adultas oscila entre 310-320 mg, aumentando durante el embarazo y la lactancia. Estas cantidades deberían obtenerse idealmente a través de una alimentación equilibrada que incluya alimentos ricos en este nutriente, complementada con suplementos solo cuando sea necesario y bajo indicación profesional.
¿Cómo afecta el estrés a los niveles de magnesio en el organismo?
El estrés crónico, tan prevalente en la sociedad actual, establece una relación bidireccional con los niveles de magnesio en el organismo. Por un lado, las situaciones estresantes provocan una mayor liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina, que incrementan la excreción urinaria de magnesio. Por otro lado, la deficiencia de este mineral dificulta la capacidad del cuerpo para gestionar adecuadamente el estrés, creando un círculo vicioso que puede resultar perjudicial para la salud mental y física.
¿Puede el magnesio mejorar el rendimiento deportivo?
Numerosas investigaciones han explorado la relación entre los niveles de magnesio y el rendimiento físico. Este mineral resulta fundamental para la producción de energía y la contracción muscular, dos aspectos esenciales durante la actividad física intensa. Estudios realizados con deportistas indican que niveles óptimos de magnesio pueden contribuir a reducir la fatiga, prevenir calambres musculares y mejorar la recuperación tras el ejercicio. Además, este elemento participa en la síntesis de proteínas, proceso clave para el desarrollo y reparación muscular después del entrenamiento.