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Mayores que viven solos: el reto de volver a salir a la calle el lunes

Suponen el 40% de las personas atendidas por Creu Roja Lleida durante la pandemia

La psicóloga Maria Campistany, de Cruz Roja Lleida, en una videollamada con cuidadores familiares.

La psicóloga Maria Campistany, de Cruz Roja Lleida, en una videollamada con cuidadores familiares.creu roja lleida

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Creu Roja Lleida se ha volcado en la atención de los colectivos más vulnerables y uno de ellos son las personas mayores, que representan el 40% de las atenciones que ha hecho la entidad durante la pandemia por la Covid-19. Los profesionales y voluntarios han adaptado los programas de atención para poder seguir operando de forma telemática y detectar en cualquier momento las necesidades que tienen las personas mayores, sobre todo las que viven solas, y acompañarlas durante la crisis sanitaria. El miedo a salir a la calle el próximo lunes, en un nuevo paso hacia el desconfinamiento, ha hecho que los expertos incrementen los recursos para que las personas mayores se sientan seguras y vuelvan a conectar con su entorno. Actualmente, Creu Roja Lleida cuenta con ocho programas diferentes de atención a personas mayores, desde apoyo psicológico contra la soledad hasta reparto de alimentos y de material cognitivo para afrontar mejor el confinamiento. Desde el inicio de la pandemia han atendido a 3.277 personas en toda la provincia, de las que 1.343 son mayores de 65 años. También han reforzado el acompañamiento por la vía telefónica, con más de 3.700 llamadas, la mayoría a este colectivo. Maria Campistany, psicóloga de Creu Roja Lleida, señala que las atenciones a per- sonas mayores han aumentado con la pandemia y que expresan sentimientos de soledad, ansiedad, angustia, estrés y miedo, también por la vuelta a la normalidad. “Quieren salir pero tienen miedo”, afirma. Un ejemplo es que en el reparto de comidas a domicilio han tenido que incluir la atención psicológica para luchar contra la soledad no deseada que sufren muchos de ellos. También se trabaja el duelo, con más incidencia en los cuidadores que han perdido a un familiar en una residencia y no se han podido despedir, y de las personas mayores que han superado la Covid. Evitar el aislamiento social es clave. “Muchos han conocido a sus vecinos al salir al balcón a aplaudir y estos les ayudan”, afirma.

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