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ESNOTICIA

Arranca la campaña de la fruta con cotizaciones que doblan las de 2019

Unos precios considerados dignos frente a los ruinosos del pasado año|| Temporada marcada por las medidas de seguridad y control derivadas de la Covid-19

Sisko Gil comprueba los calibres de los paraguayos en una finca de Aitona.

Sisko Gil comprueba los calibres de los paraguayos en una finca de Aitona.MAITE MONNÉ

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La campaña de recogida de melocotones y paraguayos ha comenzado en poblaciones del Baix Segre con mejores expectativas económicas, aunque con dificultades derivadas de las medidas de lucha contra la Covid-19, que encarecen los costes de recolección y manipulación. En Aitona se ha empezado ya a recoger melocotón rojo y nectarina unos cinco días antes que la primavera pasada, un adelanto que se irá diluyendo a lo medida que avance el calendario, según explicó el gerente de Frutaito Sisko Gil.

Los precios en las primeras operaciones de venta doblan incluso los del pasado año, pero Gil recuerda que entonces las cotizaciones fueron muy malas, con pérdidas económicas que se tradujeron en arranques de fincas. Dependiendo de calibres, los paraguayos se están vendiendo a entre 80 y 90 céntimos de euro el kilo, unas cifras que califica de “correctas”. El gran problema de 2019 fue que la baja calidad de la fruta temprana de Murcia y Andalucía hundió su valoración en el mercado y cuando entró Lleida en campaña ya fue imposible remontarlos, porque además la provincia tenía una gran cosecha. Este año, sin embrago, las previsiones oficiales apuntan a que de las fincas de Ponent saldrá un 18,7% menos de melocotones, nectarinas y paraguayos. El volumen total estimado es de 379.100 toneladas. Frutaito está comercializando de momento su fruta tanto en el mercado interior como en diferentes países europeos y constata la falta de producto.

Desde Unió de Pagesos, Josep Maria Companys destacó la necesidad de que el sector tenga una campaña “coherente” y “decente”, después de las pérdidas de los últimos años, también teniendo en cuenta el incremento de costes ligados a la lucha contra la pandemia y a los sueldos, por el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

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