Los gimnasios no consideran un gran contratiempo la mascarilla obligatoria

El uso obligatorio de la mascarilla en los gimnasios era algo que los centros tenían asumido. “Hace tiempo que lo estamos inculcando”, explica Maria Campos, responsable del Trèvol. “Los trabajadores ya la llevan todos, ya es un elemento más del uniforme y a la gente llevamos tiempo inculcándolo. “Tarde o temprano tenía que llegar y ya ha llegado”, añade. La excepción son las actividades acuáticas.

Pep Castarlenas, responsable del Ekke, recuerda que “en Madrid y otros sitios hace tiempo que las actividades dirigidas se hacen con mascarilla. La gente cada vez está más concienciada y se ha comprobado que solo supone un 2% de reducción de entrada de oxígeno. Es más una cuestión psicológica”, añade, aunque como en cada cambio señala que “vamos a esperar a que se publique, porque esta norma queda un poco ambigua”. En cuando al aforo del 30 por ciento, tanto Campos como Castarlenas explican que “es lo mismo que teníamos ahora”.

Casterlenas lamenta que no se tenga en cuenta locales como el suyo, que disponen de un aparato que “renueva el aire 6 o 7 veces cada hora, con lo que el riesgo de contagio es bajísimo”. Campos añade que “es triste que sigan pensando que no somos parte de la solución. Hay mucha gente que se siente mal si no puede practicar deporte”, concluye.