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La pandemia ha hecho que más gente se una a sectas

Las sectas reclutan gente harta del coronavirus  

La pandemia ha hecho que más gente se una a sectas.

La pandemia ha hecho que más gente se una a sectasPixabay.

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Gente que se ha sentido sola, harta y frustrada durante la pandemia ha sido el caldo de cultivo perfecto para que las sectas empiecen a reclutar. Así lo ha notado la policía en España, que ha detectado un aumento de estos grupos de creencias dudosas que aglutinan a la gente en contra de la ciencia, según explica La Vanguardia en un extenso reportaje. "Los meses de pandemia, con la sensación de apocalipsis, el aislamiento, la soledad, las incógnitas sobre el sistema sanitario convencional y la pantalla del ordenador tantas horas diarias iluminada constituyen el mejor cóctel de las últimas décadas para la creación o el fortalecimiento de los grupos sectarios", sentencia.

No es de extrañar que la gente busque alternativas a un año de pesimismo, represión y muerte. Lo que desde luego tiene claro la policía es que esas "microsectas" no son una opción más libre que lo que estamos viviendo aquí fuera, pese a las mascarillas y restricciones. “Si lo que venden estos grupos es seguridad y equilibrio, un momento de incertidumbre como es una crisis mundial es un claro elemento favorecedor”, explica a La Vanguardia una experta de la Policía Nacional. Aunque asegura que han recibido más alertas de la creación de estos grupos, todavía no se atreve a cuantificar el fenómeno.

Vivir un momento de incertidumbre como el que hemos vivido te impulsa a buscar respuestas. Algunos lo han hecho en las redes sociales, donde cada vez hay grupos más numerosos de gente que presenta la versión alternativa de lo que ha supuesto la pandemia. En varios de estos grupos, el comportamiento es algo sectáreo: la gente se trata como una hermandad y se tienen más confianza que a otras personas a quien conocen más o que son más expertas en la materia por el mero hecho de compartir puntos de vista.

“La pandemia nos ha hecho pasar muchas más horas ante una pantalla y debemos observar con espíritu crítico ciertas promesas de milagro contra nuestro malestar”, avisa el inspector de los Mossos a La Vanguardia. Solo en 2020, el cuerpo abrió 24 investigaciones por este tema. En los dos años anteriores, 39 en total. Un experto en la materia explica al diario que en España, calcula que hay alrededor de 200. Pero ahora han cambiado.

Las sectas a la vieja usanza, con una denominación, un ideario, un procedimiento, son minoritarias. No queremos hablar de sectas sino de grupos coercitivos. Hace diez o doce años te captaban con un cartel o en una conferencia, pero ahora es a través de Youtube o Instagram, y no hace falta ni siquiera que el gurú esté en España. Algunos captan adeptos en Lleida, Lugo o Londres desde América Latina”, explica Juantxo Domínguez, presidente RedUNE (Prevención del Abuso de Debilitad y Derivas Sectarias).

Además de las redes sociales abiertas como YouTube o Instagram, que están bastante controlados y donde los bulos pueden durar menos, existen grupos cerrados en Facebook o Telegram donde es más fácil hablar abiertamente sobre realidades paralelas.

La verdad es que a veces es más fácil creerse una historia de ciencia-ficción que asumir lo que nos ha pasado este año. 

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