Monegros regresa por todo lo alto

Tras ocho años de espera, la música electrónica volvió a romper el silencio del desierto con el regreso del Monegros Desert Festival. Con quince minutos de retraso sobre la hora oficial programada, las 14.00, por problemas técnicos, sonaba la primera canción de la sesión de bienvenida a cargo del DJ británico Ben Sims en la majestuosa Techno Cathedral, un escenario de 70 metros y sin columnas. Miles de personas aguardaban en la entrada principal del recinto para ingresar en este parque temático de la música.

Ni los atascos ni el calor desanimaron a los más de 55.000 asistentes, de los cuales muchos regresaban con el recuerdo todavía fresco de la última vez que asistieron a este festival y que agotaron las entradas logrando un récord histórico de asistencia para el certamen, y dejando, según la organización, un impacto económico de más de 30 millones de euros en la zona. Uno de los asistentes veteranos fue Sergio, de 34 años, que llegó desde Madrid acompañado de una veintena de amigos con los que alquilaron un autobús para llegar hasta el festival. “Viví varias ediciones cuando era más joven y esta ocasión no podía perdérmela”, explicó mientras esperaba para validar su entrada digital.

Otros, en cambio, llegaron para vivir una experiencia de esta magnitud por primera vez. Diego, un joven zaragozano de 20 años, llegó en coche a las instalaciones sobre las 18.30 junto a tres amigos. “Hemos oído hablar mucho del festival, venimos con ganas de ver a míticos como Wu Tang Clan, pero también queremos vivir la experiencia completa”.

Lo primero con lo que se toparon los visitantes fue con un avión Airbus transformado en un club de baile para 800 personas. A partir de allí, el paisaje se transforma en una ciudad de 10.000 metros cuadrados sobre el desierto donde la música sonará durante más de 20 horas.