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El fruto seco que es un superalimento que protege tu corazón, tu mente y tu salud digestiva

Estudios científicos confirman que el consumo regular de pistachos mejora el perfil cardiovascular, regula el azúcar en sangre, refuerza el sistema inmune y ayuda a mantener un peso saludable

Un puñado de frutos secos.

Un puñado de frutos secos.Unsplash

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El pistacho, ese pequeño fruto seco de color verde intenso, está consolidándose como uno de los alimentos más valorados por sus propiedades terapéuticas. Originario de Oriente Medio y cultivado desde hace milenios, el Pistacia vera se ha convertido en un superalimento con múltiples beneficios para la salud física y emocional. Los estudios científicos más recientes confirman que incorporar estos frutos secos a nuestra dieta habitual puede ayudarnos a prevenir diversas patologías y mejorar nuestro bienestar general.

Más allá de su delicioso sabor y su característica textura crujiente, el pistacho es un tesoro nutricional que aporta proteínas vegetales de alta calidad, grasas saludables (principalmente monoinsaturadas) y una importante cantidad de fibra dietética. Su perfil nutricional se completa con un notable aporte de vitaminas del grupo B y minerales esenciales como potasio, magnesio y fósforo. Los antioxidantes presentes en su composición, entre los que destacan la luteína y la zeaxantina, confieren a este fruto seco propiedades especialmente beneficiosas para la salud ocular.

La comunidad científica viene observando con creciente interés los efectos positivos del consumo regular de pistachos sobre diversos aspectos de la salud. Entre estos beneficios, destacan especialmente su capacidad para reducir el colesterol LDL (el denominado "malo") y aumentar el HDL ("bueno"), favoreciendo así la salud cardiovascular y reduciendo el riesgo de patologías cardíacas. Su alto contenido en antioxidantes contribuye además a combatir los radicales libres, previniendo el envejecimiento celular prematuro y diversas enfermedades crónicas.

Beneficios cardiovasculares de los pistachos

Uno de los efectos más estudiados de los pistachos es su impacto positivo en la salud del corazón. Según investigaciones publicadas en revistas científicas de prestigio, el consumo habitual de estos frutos secos puede contribuir significativamente a la reducción del colesterol LDL mientras eleva los niveles del beneficioso HDL. Este efecto se debe principalmente a su contenido en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, similares a las presentes en el aceite de oliva.

Los pistachos son ricos en fitoesteroles, compuestos vegetales que compiten con el colesterol por la absorción intestinal, ayudando así a reducir los niveles sanguíneos de este lípido. Además, contienen L-arginina, un aminoácido que se convierte en óxido nítrico en el organismo, favoreciendo la dilatación de los vasos sanguíneos y mejorando la circulación.

Los estudios más recientes, como el publicado en el European Journal of Clinical Nutrition en 2024, demuestran que el consumo diario de una ración moderada de pistachos (aproximadamente 50 gramos) durante tres meses puede reducir la presión arterial sistólica en un 4,8% y la diastólica en un 2,5%.

Control del peso y metabolismo de la glucosa

Contrariamente a lo que podría pensarse debido a su aporte calórico, los pistachos pueden ser aliados en el control del peso. Su elevado contenido en proteínas y fibra produce un notable efecto saciante, ayudando a reducir la ingesta total de calorías durante el día. Estudios publicados en 2023 demostraron que las personas que consumen pistachos como tentempié experimentan mayor saciedad y tienden a consumir menos calorías en las comidas posteriores.

Un aspecto particularmente interesante es que, según investigaciones de la Universidad de California, hasta un 20% de las calorías de los pistachos no se absorben completamente debido a su estructura celular, lo que reduce su impacto calórico real.

En cuanto al metabolismo de la glucosa, los pistachos presentan un bajo índice glucémico y su combinación de fibra, grasas saludables y compuestos antioxidantes contribuye a estabilizar los niveles de azúcar en sangre. Un estudio publicado en Diabetes Care encontró que añadir pistachos a comidas ricas en carbohidratos reducía significativamente la respuesta glucémica postprandial, lo que los convierte en un alimento especialmente recomendable para personas con diabetes tipo 2 o prediabetes.

Salud digestiva y sistema inmunológico

La fibra presente en los pistachos (aproximadamente 3 gramos por cada 30 gramos de producto) juega un papel fundamental en la salud digestiva. Actúa como prebiótico, sirviendo de alimento para las bacterias beneficiosas del intestino y favoreciendo una microbiota equilibrada.

Investigaciones recientes han demostrado que el consumo regular de pistachos incrementa la diversidad de la flora intestinal, un factor asociado con mejor salud digestiva y un sistema inmunológico más robusto. Este efecto se potencia gracias a su contenido en polifenoles, compuestos bioactivos con propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas.

Los pistachos también contienen zinc, un mineral esencial para el funcionamiento óptimo del sistema inmunitario. Estudios publicados en el Journal of Nutrition han establecido correlaciones entre el consumo habitual de estos frutos secos y una menor incidencia de infecciones respiratorias comunes.

Protección ocular y beneficios cognitivos

La luteína y la zeaxantina, dos potentes antioxidantes presentes en los pistachos, se concentran en la retina y actúan como un filtro natural contra la luz azul dañina. Numerosos estudios han demostrado que estos compuestos reducen el riesgo de desarrollar degeneración macular asociada a la edad (DMAE), una de las principales causas de pérdida de visión en personas mayores de 50 años.

En el ámbito neurológico, los pistachos aportan vitaminas del grupo B y magnesio, nutrientes esenciales para el funcionamiento óptimo del sistema nervioso. Investigaciones preliminares sugieren que su consumo regular podría mejorar la cognición y el estado de ánimo, ayudando a combatir la fatiga mental y el estrés.

Un estudio publicado en el International Journal of Food Sciences and Nutrition en 2024 encontró mejoras significativas en las pruebas cognitivas de adultos mayores que consumieron 30 gramos diarios de pistachos durante seis meses, en comparación con el grupo control.

¿Cómo incorporar los pistachos a la dieta diaria?

Para aprovechar al máximo las propiedades curativas de los pistachos, es recomendable consumirlos en su versión más natural: tostados y sin sal añadida. La Asociación Española de Nutrición recomienda una ración diaria de entre 25 y 30 gramos, lo que equivale aproximadamente a unos 49 pistachos con cáscara.

Existen múltiples formas de incorporar estos frutos secos a nuestra alimentación cotidiana:

- Como tentempié saludable entre comidas principales

- Añadidos a ensaladas para aportar textura y sabor

- Incorporados a yogures, bowls de frutas o cereales

- Como ingrediente en panes, muffins y otros productos horneados

- Utilizados para elaborar salsas, como alternativa a los piñones en el pesto tradicional

- Molidos para crear mantequillas vegetales caseras

- Como guarnición en platos de pescado o carne

- Integrados en batidos nutritivos junto con frutas y verduras

Los expertos recomiendan optar preferentemente por pistachos con cáscara, ya que el tiempo adicional necesario para abrirlos ayuda a controlar naturalmente las porciones y evitar el consumo excesivo.

¿Qué dice la ciencia sobre el pistacho?

El interés científico por las propiedades saludables de los pistachos ha crecido exponencialmente en la última década. Un metaanálisis publicado en 2024 en la revista BMC Medicine, que revisó 23 estudios clínicos con más de 1.500 participantes, concluyó que el consumo regular de pistachos se asocia con mejoras significativas en los marcadores de salud cardiovascular, incluyendo el perfil lipídico, la presión arterial y la función endotelial.

Investigadores de la Universidad de Navarra han identificado más de 250 compuestos bioactivos en los pistachos, muchos de ellos con potencial terapéutico. Entre estos destacan los resveratrol, proantocianidinas y ácido gálico, reconocidos por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.

En 2025, un ambicioso proyecto de investigación internacional está estudiando los efectos a largo plazo del consumo habitual de pistachos en la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, con resultados preliminares prometedores.

¿Existen contraindicaciones o efectos secundarios?

Aunque los pistachos son generalmente seguros para la mayoría de las personas, existen algunas consideraciones importantes. Las personas alérgicas a los frutos secos deben evitar su consumo, ya que los pistachos pueden provocar reacciones alérgicas graves en individuos sensibles.

Por su contenido en fósforo, quienes padecen insuficiencia renal crónica avanzada deberían consultar con su médico antes de incorporarlos a su dieta habitual. Además, las versiones comerciales con sal añadida pueden ser problemáticas para personas con hipertensión o retención de líquidos.

Es importante recordar que, pese a sus múltiples beneficios, los pistachos son alimentos energéticamente densos. Un consumo excesivo, por encima de las raciones recomendadas, podría contribuir a un balance calórico positivo y, consecuentemente, al aumento de peso.

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