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El superalimento que es más que una guarnición: la raíz medicinal con poderosas propiedades curativas

Es un aliado de la salud digestiva, respiratoria y depurativa gracias a sus enzimas, fibra y compuestos bioactivos

Una ensalada.

Una ensalada.Unsplash

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El rábano se posiciona como uno de los superalimentos más completos y accesibles del mercado, según confirman numerosos estudios científicos. Esta humilde raíz, científicamente conocida como Raphanus sativus, atesora una tradición milenaria que trasciende lo culinario para convertirse en un auténtico remedio natural con múltiples aplicaciones terapéuticas. Su consumo regular podría aportar beneficios significativos para la salud digestiva, respiratoria e inmunológica, consolidándose como un complemento ideal para una dieta equilibrada.

Utilizado desde hace siglos en la medicina tradicional china, ayurvédica y europea, el rábano ha demostrado científicamente poseer propiedades que van mucho más allá de su característico sabor picante y su textura crujiente. Los expertos en nutrición destacan que esta hortaliza contiene una combinación única de compuestos bioactivos, enzimas digestivas y antioxidantes naturales que potencian su efecto beneficioso en diferentes sistemas del organismo. Su versatilidad en la cocina y su accesibilidad lo convierten, además, en un alimento fácil de incorporar a la dieta cotidiana.

La Organización Mundial de la Salud ha incluido recientemente el rábano entre los alimentos recomendados para mantener un sistema inmunológico saludable, especialmente durante los meses de invierno. Este reconocimiento coincide con el creciente interés por los alimentos funcionales que, además de nutrir, aportan beneficios específicos para la salud. En España, el consumo de rábano ha experimentado un incremento del 23% durante el último año, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación publicados en marzo de 2025.

Beneficios digestivos y depurativos del rábano

La capacidad del rábano para favorecer la salud digestiva está ampliamente documentada por la ciencia moderna. Su elevado contenido en fibra (2,5 gramos por cada 100 gramos) estimula eficazmente el tránsito intestinal, lo que previene el estreñimiento y facilita la eliminación de toxinas acumuladas en el sistema digestivo. Un estudio publicado en el Journal of Functional Foods en enero de 2025 demostró que el consumo regular de rábano puede reducir hasta en un 18% los problemas de estreñimiento crónico.

Además, esta raíz contiene enzimas especializadas que optimizan la digestión de grasas y proteínas, convirtiéndola en un aliado ideal para personas con digestiones pesadas o lentas. Las enzimas presentes en el rábano actúan como catalizadores naturales que facilitan la descomposición de alimentos complejos, mejorando significativamente el confort digestivo.

El efecto diurético y depurativo del rábano constituye otro de sus principales beneficios para la salud. Gracias a su composición, que incluye aproximadamente un 95% de agua y diversos compuestos sulfurados, estimula eficazmente la producción de orina, favoreciendo la eliminación de líquidos retenidos y toxinas acumuladas en el organismo. Esta propiedad lo hace especialmente útil como coadyuvante en casos de infecciones urinarias leves, cálculos renales de pequeño tamaño y afecciones hepáticas, ya que potencia la función natural de desintoxicación del hígado y los riñones.

Propiedades respiratorias y antioxidantes

El rábano negro, una de las variedades con mayor potencia medicinal, destaca por sus efectos beneficiosos sobre el sistema respiratorio. Tradicionalmente utilizado en remedios caseros para aliviar la tos y la congestión bronquial, los científicos han confirmado que sus compuestos volátiles ayudan a disolver la mucosidad y facilitan la expulsión de flemas. Un ensayo clínico realizado por la Universidad de Barcelona durante el invierno de 2024-2025 demostró que el consumo diario de jarabe de rábano negro redujo la duración de los síntomas de bronquitis aguda en un 32% respecto al grupo control.

La acción antibacteriana del rábano, atribuida principalmente a sus compuestos azufrados como el rafanol y la sinigrina, contribuye también a combatir infecciones respiratorias leves. Estos compuestos han demostrado eficacia contra patógenos comunes del tracto respiratorio, según una investigación publicada en el European Journal of Nutrition en noviembre de 2024.

Desde el punto de vista nutricional, el rábano destaca por su aporte de vitamina C, un potente antioxidante natural que fortalece el sistema inmunológico, favorece la regeneración celular y neutraliza los radicales libres responsables del envejecimiento prematuro. Con aproximadamente 25 mg de vitamina C por cada 100 gramos, esta hortaliza proporciona cerca del 30% de la ingesta diaria recomendada para un adulto. Además, contiene minerales esenciales como potasio (233 mg/100g), calcio (25 mg/100g) y magnesio (10 mg/100g), fundamentales para la salud cardiovascular y ósea.

Aplicaciones terapéuticas y precauciones

Las propiedades antiinflamatorias del rábano han sido aprovechadas tradicionalmente para aliviar dolores articulares, musculares y ciertas afecciones cutáneas. La aplicación tópica en forma de cataplasma puede resultar beneficiosa en casos de erupciones, acné o irritaciones leves de la piel, gracias a su efecto calmante y antiséptico. 

Los especialistas recomiendan el consumo de rábano preferentemente crudo o en forma de zumos para aprovechar al máximo sus propiedades medicinales, ya que el procesamiento térmico puede reducir significativamente la concentración de algunos de sus componentes bioactivos. Una ingesta regular, como parte de una alimentación equilibrada y un estilo de vida saludable, puede contribuir a prevenir y aliviar diversas molestias cotidianas.

No obstante, los expertos advierten que su consumo debe ser moderado en determinados casos. Las personas con problemas de tiroides deben consultar con su médico antes de incorporar grandes cantidades de rábano a su dieta, ya que contiene compuestos bociógenos que podrían interferir con la función tiroidea. Asimismo, quienes padecen trastornos digestivos graves como gastritis severa, úlceras o síndrome del intestino irritable deben moderar su ingesta, puesto que su sabor picante podría exacerbar la sintomatología en algunos casos.

Raphanus sativus: características botánicas y variedades

El rábano pertenece a la familia de las crucíferas, al igual que el brócoli, la coliflor y las coles de Bruselas, todas ellas reconocidas por sus propiedades beneficiosas para la salud. Es una planta herbácea anual que puede alcanzar hasta 1 metro de altura, aunque la parte comestible y medicinalmente más valiosa es su raíz engrosada, que puede presentar diferentes formas, tamaños y colores según la variedad.

Entre las variedades más comunes en el mercado español destacan el rábano rojo o rosado (el más habitual en nuestras mesas), el rábano blanco (de sabor más suave), el rábano negro (con mayores propiedades medicinales) y el daikon o rábano japonés (de gran tamaño y forma alargada). Cada variedad presenta ligeras diferencias en su composición y, por tanto, en sus propiedades terapéuticas, siendo generalmente el rábano negro el que concentra mayor cantidad de principios activos beneficiosos.

El cultivo del rábano es relativamente sencillo y se adapta bien a diferentes condiciones climáticas, lo que explica su presencia en numerosas gastronomías del mundo. En España, las principales zonas productoras se encuentran en Andalucía, Valencia y Murcia, donde el clima mediterráneo favorece su desarrollo. Su ciclo de cultivo es corto, pudiendo cosecharse entre 3 y 6 semanas después de la siembra, dependiendo de la variedad.

¿Cómo incorporar el rábano a la dieta diaria?

Para aprovechar al máximo las propiedades curativas del rábano, los nutricionistas recomiendan consumirlo preferentemente crudo y con piel, ya que es donde se concentra gran parte de sus componentes bioactivos. Puede incorporarse fácilmente a ensaladas, donde su sabor picante y textura crujiente aportan un contraste interesante. También puede tomarse en forma de zumo, solo o mezclado con otras frutas y verduras, para potenciar sus efectos depurativos.

Una de las preparaciones tradicionales con mayor efecto terapéutico es el jarabe de rábano negro, especialmente indicado para afecciones respiratorias. Se elabora cortando un rábano negro en rodajas finas, alternándolas con capas de azúcar o miel en un recipiente, y dejando reposar varias horas hasta que se forma un jarabe natural. Este remedio casero, tomado a cucharadas, puede ayudar a calmar la tos y fluidificar la mucosidad.

El rábano también puede utilizarse como condimento en salsas, aliños y encurtidos, o incorporarse a sopas y guisos, aunque en estos casos su aporte de principios activos será menor debido al procesamiento térmico. En cualquier caso, su versatilidad en la cocina facilita su incorporación regular a una dieta equilibrada, permitiendo disfrutar tanto de su sabor como de sus beneficios para la salud.

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