Ni de postres ni con jamón: estas son las mejores recetas con melón para aprovechar al máximo la fruta del verano
Esta fruta versátil se incorpora a entrantes, ensaladas, platos calientes y cócteles, destacando por su sabor y propiedades saludables

Melón.
El melón es una fruta imprescindible durante la temporada estival. Pero más allá de ser el acompañante perfecto del jamón serrano o unos postres refrescantes, esta fruta hidratante y nutritiva ofrece infinitas posibilidades culinarias. Los expertos en nutrición destacan sus propiedades beneficiosas, mientras los chefs más innovadores proponen elaboraciones que permiten disfrutar de su sabor dulce y su textura jugosa en platos tanto salados como dulces.
Durante los últimos años, el consumo de melón ha aumentado significativamente, especialmente en los meses de más calor. Su versatilidad en la cocina permite adaptarlo a diferentes tipos de recetas, desde entrantes sofisticados hasta postres ligeros. Una de las elaboraciones más refrescantes es la sopa fría de melón con aguacate en la lima, perfecta para combatir las altas temperaturas. Su preparación es sencilla: se eliminan las semillas y la piel del melón, se corta a trozos junto con el aguacate pelado, y se procesan todos los ingredientes en una licuadora hasta obtener una crema homogénea que se tiene que servir muy fría.
Brochetas de queso y melón: un entrante ligero con toque gourmet
Entre las propuestas más innovadoras destacan las brochetas de queso y melón con polos de jamón, un entrante ligero ideal para ocasiones especiales. Esta receta fusiona la clásica combinación de melón y jamón, añadiendo bolitas de mozzarella para crear una experiencia gastronómica diferente. Para cuatro personas se necesita un cuarto de melón, 12 bolitas de queso mozzarella y tres trozos de jamón serrano.
La elaboración empieza haciendo semiesferas de melón, reservándolas cubiertas para evitar que se resequen. El toque maestro está en la preparación del polvo de jamón: los trozos se colocan sobre papel absorbente y se introducen al microondas a máxima potencia durante 20-30 segundos. Una vez secas, se pican hasta convertirlas en un fino polvo que aportará intensidad y contraste en el plato. Para el montaje, se trincha una bola de mozzarella junto con dos semiesferas de melón y se pasa por el polvo de jamón.
Ensalada de melón y queso feta: frescor mediterráneo a cada mordisco
Otra propuesta refrescante es la ensalada de melón y queso feta, perfecta para las comidas veraniegas. El melón aporta frescura y un toque dulce que complementa magníficamente la vinagreta, mientras que el queso feta añade un sabor más intenso. La presentación en vasitos individuales resulta especialmente atractiva y práctica.
Para preparar esta ensalada para cuatro comensales se necesita una rodaja de melón, entre 16 y 20 cubitos de queso feta, dos cucharadas de sésamo tostado, dos cucharadas de granos de granada, 50 gramos de rúcula, aceite de oliva, vinagre de Módena, ajo en polvo, sal y, opcionalmente, picos de pan. El proceso consiste en cortar el melón en cuadrados, cubrir el queso feta en sésamo, extraer los granos de granada y lavar la rúcula. La vinagreta se prepara mezclando vinagre, sal, ajo en polvo y aceite de oliva en un tarro cerrado que se agita vigorosamente.
Melón en la plancha: reinventando los postres tradicionales
Para los que buscan postres diferentes y ligeros, el melón en la plancha con cítricos representa una opción sorprendente. Este plato combina lingotes de melón caramelizados con una refrescante crema de limón y varias frutas cítricas, creando un contrapunto perfecto entre el dulce y el ácido. Es especialmente recomendable para finalizar comidas o cenas copiosas.
Los ingredientes para cuatro personas incluyen 150 gramos de lemon curd o crema de limón, dos rodajas de melón, una naranja, un pomelo, una mandarina y una cucharada de mantequilla. La preparación empieza con la crema de limón, que se reserva en frío. Después, se cortan cuatro lingotes de melón y se pelan en sangre las frutas cítricas. En una paella con mantequilla, se marcan los lingotes de melón hasta que caramelice su superficie. Finalmente, se monta el plato colocando una capa de crema de limón, un lingote de melón caramelizado y gajos de las diferentes frutas por encima.
Propiedades nutricionales del melón en la dieta mediterránea
El melón no sólo destaca por su versatilidad culinaria, sino también por sus importantes beneficios para la salud y su perfecto encaje en la dieta mediterránea. Con un alto contenido en agua (aproximadamente el 90% de su composición), es una fruta ideal para mantener la hidratación durante los meses de verano. Además, tiene una baja aportación calórica, aproximadamente 34 calorías por cada 100 gramos, lo que lo convierte en un aliado perfecto para dietas de control de peso.
Los nutricionistas subrayan su riqueza en vitaminas, especialmente A y C, fundamentales para el sistema inmunológico y la salud ocular. También contiene importantes minerales como el potasio, que ayuda a regular la presión arterial, y antioxidantes que combaten a los radicales libres. Su contenido en fibra favorece el tráfico intestinal y proporciona sensación de saciedad, aspectos valorados por los que buscan una alimentación equilibrada en el 2025.
¿Cómo seleccionar el melón perfecto para tus recetas?
La elección de un buen melón resulta fundamental para el éxito de cualquier receta. Los expertos recomiendan prestar atención a tres aspectos clave: el aroma, el peso y la textura. Un melón en su punto óptimo de maduración tiene que desprender un olor dulce y característico, especialmente en la zona donde estaba unido a la planta. Se tiene que sentir pesada en relación con su tamaño, lo cual indica un alto contenido en agua y jugo.
En cuanto a la textura, la piel tiene que ceder ligeramente al presionar con dichos el extremo opuesto al tallo, sin llegar a estar blanda. Los melones de la variedad Piel de Sapo, muy populares en España, presentan su mejor momento cuando la piel muestra un color verde amarillento con manchas o "escrituras" bien definidas. Los cantaloupe tienen que tener la red de la superficie bien marcada y un color anaranjado intenso debajo.