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Cierra la panadería de Ribera de Cardós y los vecinos viajan kilómetros para comprar pan

El único punto de venta de Vall de Cardós y municipios cercanos, clausurado desde hace más de un mes || El ayuntamiento tantea a otros panaderos para que vendan en la localidad, por ahora sin éxito

La panadería de Ribera de Cardós, cerrada desde hace más de un mes.

La panadería de Ribera de Cardós, cerrada desde hace más de un mes.J. L. D.

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El cierre de la única panadería de Ribera de Cardós es un problema desde hace más de un mes para los vecinos de esta localidad y de una decena de núcleos más de los municipios de Vall de Cardós y Lladorre. Las más cercanas están en Tírvia y en Llavorsí, lo que obliga a particulares y a establecimientos de hostelería a hacer viajes de más de 15 kilómetros de ida y vuelta para comprar pan. Esta es una nueva muestra de la tendencia a la desaparición de comercios y servicios en poblaciones rurales y de las comarcas de montaña (ver desglose).

La panadería de Ribera de Cardós no elaboraba sus propios productos, sino que vendía los que salían cada día del horno de un establecimiento de Sort. El local era un antiguo obrador de pan con su propio horno, que la familia propietaria puso en alquiler cuando el panadero de la localidad se retiró. Tras el cierre de este punto de venta, el ayuntamiento de Vall de Cardós ha tanteado a otros panaderos de la zona para intentar restablecer la venta en el pueblo, por ahora sin éxito. Así lo explicó el alcalde, Llorenç Sánchez, quien apuntó que la mayor parte de las ventas de la panadería se concentraban en los meses de verano y eran mucho menores el resto del año.

Alcalde y vecinos se turnan para ir a Llavorsí a comprar pan para los niños del comedor escolar.

“El cierre ha supuesto bastante jaleo en el último mes”, apuntó el primer edil, que indicó que él y otros vecinos se turnan para ir a Llavorsí a comprar pan para el comedor escolar, gestionado por el ayuntamiento. También establecimientos de hostelería del municipio indicaron que, para servir pan del día a sus clientes, deben recorrer al menos dieciocho kilómetros hasta la panadería de esta localidad.

“Si cuando llegas a una no hay existencias, tienes que desplazarte otros 15 kilómetros más” para ir a otra panadería, explicó José Luis Duran, vecino de Vall de Cardós. “Es una auténtica odisea pensar que quizá no encuentres pan para tus comidas”, apuntó Duran, quien recordó que hay vecinos con dificultades para desplazarse que no pueden recorrer estas distancias para comprarlo.

Frente a las dificultades que describen vecinos y empresas de Vall de Cardós, el cierre de la panadería apenas ha supuesto cambios en las costumbres del municipio vecino de Esterri de Cardós. “Hace años que no tenemos panadería propia y muchos comprábamos ya en la del pueblo de Tírvia”, explicó el alcalde, Joel Orteu, quien apuntó que en el núcleo de Arròs de Cardós “el panadero de Llavorsí reparte pedidos dos veces por semana”.

Pueblos sin comercios y sin entidades bancarias Más de 40 municipios de Lleida, que suman más de 6.800 vecinos, no tienen tienda de comestibles ni establecimientos comerciales, según datos de la conselleria de Empresa. La Noguera, la Segarra y el Solsonès son las comarcas con más localidades sin comercios, mientras que en el Segrià, el Pla y la Alta Ribagorça todos los municipios tienen más de uno. En el caso de las panaderías, la presidenta del Gremi de Forners de Lleida, Pilar Marqués, señaló la falta de relevo generacional como un factor que provoca el cierre de establecimientos. No obstante, señaló que hay un repunte en los jóvenes que se forman para esta profesión y añadió que, cuando una panadería rural cierra, “el panadero del pueblo más cercano suele hacer rutas” para abastecer a los vecinos. Los cierres son más acusados en el caso de sucursales bancarias, con 131 de los 231 municipios de la provincia de Lleida sin ninguna oficina.

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