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Condenado a 12 años de prisión por violar a la expareja en Torre-serona

La Audiencia de Lleida también le impone 10 años de libertad vigilada y una indemnización de 60.000 euros

El acusado salió custodiado ayer por los Mossos tras finalizar el juicio en la Audiencia de Lleida.

El acusado salió custodiado ayer por los Mossos tras finalizar el juicio en la Audiencia de Lleida.LAURA CORTÉS/ACN

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La Audiencia de Lleida ha condenado a 12 años de prisión a E.C.P., de 39 años, acusado de atar, agredir y violar a la expareja en Torre-serona. El tribunal también le impone 10 años de libertad vigilada una vez finalice la pena de prisión, 22 años de alejamiento de la víctima y una indemnización de 60.000 euros.

El acusado reconoció los hechos durante el juicio, por lo que la Fiscalía rebajó su petición inicial de 15 años de prisión por por un delito continuado de agresión sexual a 12 años. La acusación particular y la defensa se adherieron a la petición del Ministerio Público después de que el acusado se limitara a contestar con un “sí” a todas las acusaciones. La víctima, por su parte, relató los hechos ocurrido en su domicilio el pasado 21 de junio de 2018. La mujer señaló que el acusado la esperaba en su casa y que la amenazó con un cuchillo al grito de “puta”. Acompañada por una psicóloga, la víctima explicó que el acusado la cogió por el cuello y la arrastró por las paredes del domicilio, diciéndole que “iba a pagar las consecuencias” al creer que tenía otras relaciones. “Fue a la cocina y cogió unas tijeras y un cuchillo. Me dijo que me haría unas preguntas y que por cada mentira que dijera, me cortaría un dedo”, declaró. Asimismo, el acusado la agredió varias veces, dándole golpes en la cabeza y en el estómago. “Intenté ganar tiempo y pensé que si le decía lo que quería escuchar pararía”, afirmó. Sin embargo, la víctima declaró que el hombre intentó ahogarla con la funda de un cojín y que, tras atarle las manos, la violó dos veces. “No saldrás de esta casa”, afirmó que le dijo su expareja. La mujer pudo escapar de la vivienda cuando su primo y otra persona entraron en el domicilio. Ambos testificaron ayer en el juicio que, al entrar en el piso, vieron a la mujer “toda ensangrentada y a él, desnudo y con un cuchillo en la mano”. Los tres salieron corriendo de la vivienda y fueron a pedir ayuda. “Entramos en un bar y llamamos a los Mossos”, declararon. Los agentes que actuaron señalaron que recogieron varias muestras del sospechoso en la vivienda y que hallaron una huella suya en el cuchillo encontrado en la casa.

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