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TREMP

Familiares de fallecidos en la residencia Fiella de Tremp: “Les dejaron morir”

Explican ante la jueza el descontrol y la desatención de una “casa de los horrores”

Evaristo Saura, el pare del qual va morir a la residència, ahir després de declarar al jutjat de Tremp.

Evaristo Saura, cuyo padre murió en la residencia, ayer tras declarar ante el juzgado de Tremp. - A. GUERRERO

Lleida

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Familiares de usuarios que murieron por Covid en la residencia Fiella de Tremp en noviembre de 2020 comparecieron ayer ante el juzgado para ratificar sus denuncias. Explicaron que la dirección no les informó del estado de sus parientes y que hubo desatención y descontrol. “Les dejaron morir”, afirmó Evaristo Saura, hijo de una de las víctimas.

“Era como la casa de los horrores. Les dejaron morir. Volverlo a recordar y a explicar ha sido muy duro”. Así lo aseguró ayer Evaristo Saura, hijo de uno de los usuarios fallecidos en la residencia Fiella de Tremp en la que en noviembre de 2020 murieron 64 de los 142 usuarios a causa del brote de Covid-19. Saura, que ha sido la cara visible de los familiares afectados, fue una de las siete personas que ayer declararon como testigos en la causa por los homicidios imprudentes y trato vejatorio a los pacientes que investiga el juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de Tremp. Tras ratificar su denuncia ante la jueza, este vecino de El Pont de Suert, que aquellos días pudo entrar en el geriátrico, explicó ante los medios de comunicación cómo encontró a su padre: “Estaba atado a la cama y tapado con tres mantas”. 

Saura acudió después de que llamaran a la familia para darle el pésame por el deceso de su progenitor. “Antes no nos informaron de nada”, recordó ayer. Su padre, de 92 años, había ingresado apenas unos días atrás mientras se recuperaba de una operación de rotura de fémur que requería rehabilitación. Antes de él habían muerto otros cuarenta residentes. “Aquello era un desastre. Entré solo, estaba prácticamente a oscuras y había usuarios que pedían auxilio. Lo que vi allí.. Parecía la casa de los horrores. No lo quiero ni recordar”, añadió. Cabe recordar que murieron el 43% de los pacientes.

Cuando se han cumplido tres años y medio de aquella tragedia, la instrucción del caso todavía no ha finalizado, por lo que la celebración de un eventual juicio queda lejos. Las dos principales investigadas –la exdirectora de la residencia, R.N., y la exresponsable de Higiene Sanitaria, M.R.N.– solo han comparecido en la causa relativa a las condiciones de trabajo de los empleados. Esta semana y la próxima declararán familiares de usuarios, incluso de alguno de los que lograron sobrevivir. Ayer testificaron siete personas y todas, excepto Saura, declinaron hacer declaraciones a los medios. “Esperamos que se haga justicia”, sentenció Saura.

La Fundación dice que pasó cuando el centro estaba intervenido por Salud

La Fundación Privada Sant Hospital de Tremp-Fundació Fiella emitió a última hora de la tarde de ayer un comunicado en el que lamentó los hechos pero afirmó que “se produjeron a partir del día 28 de noviembre de 2020 cuando la residencia ya estaba intervenida por parte del departamento de Salud”. Añadieron que la fundación “estaba apartada de la dirección del centro desde el día 26”.El del geriátrico de Tremp es el único caso que se investiga en Lleida. Cabe recordar que se abrieron dos causas penales tras la denuncia de la Fiscalía, que se basó en la investigación de los Mossos d’Esquadra y los informes de Salud, que determinaron que hubo un “descontrol total”. Así, advirtieron de “graves irregularidades” en la aplicación de los protocolos para evitar contagios, como el mal uso de los EPI, la ausencia de sectorización del centro para aislar a los contagiados y la falta de formación del personal y de información a los familiares. Los primeros en declarar –hace justo dos años– fueron los Mossos que se hicieron cargo de la investigación a petición de la Fiscalía, la entonces gerente de Salud, Divina Farreny, que corroboraron que “hubo un descontrol total” y advirtieron de “graves irregularidades”. Con la documentación que recopilaron se acredita que el plan de contingencia no se siguió y que no se hizo ningún tipo de formación al personal. Un extremo que corroboraron la gran mayoría de trabajadores, que explicaron que encontraban a pacientes pidiendo ayuda en los pasillos. Además, el centro celebró la Castanyada sin mascarillas 20 días antes del brote de Covid. La exdirectora –que declaró en enero– culpó a las monjas y afirmó que no hubo caos ni faltó material.Xavier Prats, que representa a varias familias de usuarios fallecidos y ejerce la acusación popular en la causa de los trabajadores, afirmó ayer que “los testigos que han declarado hoy (por ayer) han descrito la situación como fantasmagórica, de abandono total y de casa de los horrores”. Prats afirmó que “entraron solos y a oscuras. Con la luz de la linterna del móvil buscaron habitación por habitación a su familiar. Han dicho que vieron a usuarios deambulando por los pasillos y pidiendo auxilio, sin personal alguno”. El letrado añadió que “los familiares han dicho que era dantesco, que hacía mucho calor y no había ventilación alguna”.

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