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El Canalet, banco de pruebas para regar 6.000 ha de zepa del Segarra-Garrigues

El Govern aprovechará su modernización para incorporar al riego áreas excluidas

Una de las fincas incluidas en el riego histórico del Canalet en el término municipal de Vilagrassa. - R.R,

Una de las fincas incluidas en el riego histórico del Canalet en el término municipal de Vilagrassa. - R.R,

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La comunidad de regantes del Alt Urgell, conocida también como el Canalet de Tàrrega, deberá convertirse en el banco de pruebas para incorporar al riego más de 6.000 hectáreas de zonas de especial protección de aves (zepa) excluidas del Segarra-Garrigues. La Generalitat prevé extender a estas áreas el protocolo de riego que prepara este regadío histórico.

La comunidad de regantes del Alt Urgell, conocida también como el Canalet de Tàrrega, deberá convertirse en el banco de pruebas para incorporar al riego del Segarra-Garrigues más de 6.000 hectáreas declaradas zona de especial protección de las aves (zepa) hasta ahora excluidas. El director general de Regadíos y Espacios Agrarios de la Generalitat, Xavier Gispert, lo avanzó el pasado 11 de abril en Tremp, donde participó en el encuentro que la Associació Catalana de Comunitats de Regants (Acatcor).

La comunidad del Canalet, creada hace 60 años e incorporada recientemente al Segarra-Garrigues, tiene 1.863 hectáreas dadas de alta para regar en municipios del Urgell como Tàrrega, Vilagrassa y Verdú. De esta extensión, unas 800 hectáreas están declaradas zepa. Al tratarse de un regadío histórico anterior a esta figura de protección, la comunidad pudo mantener el riego allí donde ya existía. El cambio llegó con la modernización, que la comunidad llevó a cabo tiempo atrás y que obliga ahora a establecer un protocolo de riego compatible con la conservación de la fauna.

Este protocolo está en trámite y se aplicará a fincas con el riego modernizado. Incluye directrices sobre cómo regar en zepas y exigencias para nuevas explotaciones como una separación entre árboles mayor de la habitual. Todo ello, sin ampliar la superficie de regadío. El pasado febrero, la Generalitat concluyó que el proyecto no debía someterse a una evaluación de impacto ambiental al considerar que no tendría efectos significativos sobre el medio ambiente.

Gispert explicó que, una vez el protocolo se aplique en el Canalet y se constate que no tiene impactos adversos, podrá extenderse a otras zonas ahora excluidas. Esta práctica deberá sustituir a las pruebas piloto previstas desde hace años para demostrar la viabilidad del regadío en zepas del Segarra-Garrigues y que no se han hecho. La Generalitat creará una oficina técnica en Tàrrega que velará por el cumplimiento del protocolo y estudiará si el riego perjudica a las aves. Unas 3.000 hectáreas de zepa más en el ámbito del Segarra-Garrigues seguirán excluidas del regadío.

“Buscaremos las mejores soluciones para que esta superficie pueda regar”

“Buscaremos las mejores soluciones para que estas más de 6.000 hectáreas puedan regar”, afirmó el director general de Regadíos y Espacios Agrarios, Xavier Gispert, en una conferencia el pasado día 11 en Tremp, en el encuentro de la asociación de comunidades de regantes de Acatcor. Apuntó que las consellerias de Agricultura y Territorio “han empezado a hablar” para conseguirlo y se comprometió a impulsar esta iniciativa: “Me pongo al frente para hacer los esfuerzos necesarios”, dijo.

Esta comunidad histórica se sumó al Segarra-Garrigues con todo el riego modernizado. Fue una actuación impulsada y financiada por los regantes con una inversión de más de 5 millones, que posteriormente recibió un 50% de ayuda de la Generalitat. En un primer momento las obras fueron objeto de polémica con la administración, que llegó a imponer sanciones a la comunidad de regantes. Años después, se prevé que pueda convertirse en el modelo para hacer compatible el riego con zepa en el Segarra-Garrigues.

Por su parte, Justo Minguella, vicepresidente del Canalet, valoró “positivamente” poder ayudar a regar a otras zonas del Segarra-Garrigues. Destacó que “el único objetivo del Canalet es que los agricultores de la zona puedan vivir de la tierra con un regadío de subsistencia para cultivos mediterráneos de toda la vida como almendros, olivos, viñedos o cereal”. También incluyó el pistacho que “si bien no es tradicional encaja, sin perjudicar a las aves, porque siempre hemos convivido”. Minguella se mostró crítico con la gestión de las zepas, ya que “dejó la mitad de la superficie regable del Canalet inservible y eso nos hizo mucho daño”. Valoró que “no se tendría que haber aplicado nunca una zepa a una comunidad de riego histórica declarada de interés nacional”. Lo calificó de “error garrafal” y pidió, una vez más, a la Generalitat que lo rectifique.

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