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Adrenalina pura en un puente tibetano: el salto de 158 metros que revoluciona las experiencias extremas en los Pirineos

La nueva atracción The Sense Jumping permite alcanzar velocidades de hasta 120 km/h en caída libre y se posiciona entre los saltos más altos de Europa

Un bombero fue el primero en estrenar la actividad. - FERNANDO GALINDO/DIARI D’ANDORRA

Un bombero fue el primero en estrenar la actividad. - FERNANDO GALINDO/DIARI D’ANDORRA

Lluís Serrano
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El turismo de aventura en los Pirineos acaba de dar un salto cualitativo con la inauguración de una experiencia sin precedentes en el espectacular entorno pirenaico. El imponente puente tibetano situado en la parroquia de Canillo, en Andorra,, ha ampliado su oferta de actividades extremas con una propuesta que promete acelerar el pulso de los amantes de la adrenalina: The Sense Jumping, una experiencia de salto vertical que se ha posicionado como uno de los más impresionantes de Europa.

Esta innovadora atracción, ubicada a 1.870 metros sobre el nivel del mar, ofrece un desafío de 158 metros de altitud desde el suelo y dos modalidades distintas para los aventureros que se atrevan a desafiar la gravedad: un impactante salto de 130 metros en caída libre, donde los participantes pueden alcanzar velocidades vertiginosas de hasta 120 km/h, y una experiencia de rápel en la que el aventurero queda suspendido en el vacío, conectado únicamente por una cuerda que no llega a tocar el suelo.

Un hito en el turismo de aventura en los Pirineos

La inauguración de esta actividad marca un antes y un después en la oferta turística de la región pirenaica. El puente tibetano, que ya era un reclamo turístico de primer orden, refuerza ahora su posición como epicentro de las experiencias extremas en el sur de Europa. Los expertos del sector coinciden en señalar que The Sense Jumping podría convertirse en un importante revulsivo económico para la zona, especialmente durante los meses estivales.

"Las experiencias extremas se han consolidado como uno de los segmentos turísticos con mayor crecimiento en los últimos años", explica Carlos Martínez, especialista en turismo de aventura. "La combinación del entorno natural privilegiado de los Pirineos con instalaciones de primera categoría sitúa a esta nueva atracción como un referente obligado para los amantes de las emociones fuertes".

El salto se realiza desde una de las pasarelas del puente tibetano, a 158 metros del suelo, lo que proporciona una perspectiva única del impresionante paisaje montañoso. Las medidas de seguridad son extremas, con equipos homologados y personal especializado que supervisa cada salto, garantizando una experiencia tan segura como emocionante.

Explosión de sensaciones

La modalidad de caída libre permite experimentar la sensación de volar durante aproximadamente 3,5 segundos, tiempo suficiente para que la adrenalina inunde el cuerpo del saltador mientras alcanza velocidades que superan los 100 km/h. Por su parte, la experiencia de rápel ofrece una perspectiva más contemplativa, permitiendo disfrutar del paisaje desde una perspectiva privilegiada mientras se desciende controladamente.

"Lo que diferencia a The Sense Jumping de otras experiencias similares es la combinación única de altura, entorno natural y seguridad", señala Miguel Ángel Sánchez, uno de los técnicos responsables de la instalación. "Hemos trabajado durante más de 18 meses para garantizar que cada saltador viva una experiencia transformadora en total seguridad".

El puente tibetano, que ya recibía anualmente más de 60.000 visitantes, consolida así su posición como uno de los atractivos turísticos más importantes de la región pirenaica. 

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