Los restos de Bellpuig podrían ser de los condes de Urgell
Un estudio antropológico confirma indicios históricos y analiza cuatro esqueletos encontrados en el monasterio, posiblemente pertenecientes a Ermengol X, sus padres y su hermano

Técnicos abren los osarios de los condes de Urgell.
El estudio antropológico de los restos de los osarios del monasterio de Santa Maria de Bellpuig de les Avellanes encaja con la posibilidad de que estas fueran las del conde Ermengol X, sus padres Àlvar I y Cecília de Foix y su hermano Àlvar II, vizconde de Àger. Algunos indicios que se tenían a partir de la documentación histórica y que se han confirmado es que se han encontrado los esqueletos de una mujer y tres de hombres. En tres de ellos se ha podido determinar que perdieron la vida con una edad de entre 30 y 40 años. En el último, esta sería de entre 55 y 65 años y se ha constatado que sufría una enfermedad pulmonar. La idea es hacer más analíticas para incidir en el parentesco que hay entre los cuerpos y en las causas de las muertes, con resultados en otoño.
Núria Armentano, investigadora del Museu d'Arqueologia de Catalunya, ha explicado que los restos localizados en los dos osarios que había en la iglesia del monasterio estaban mezclados y que, por lo tanto, una de las primeras tareas que se ha llevado a cabo ha sido la de separarlas por individuos. Para hacerlo, ha detallado que se han tenido en cuenta elementos como la robustez de los huesos, el color, la textura, el tamaño o la porosidad, entre otros. En este sentido, ha dicho que el índice de preservación de los esqueletos supera el 85% y que el cuerpo femenino sería el que se ha visto más afectado por precipitaciones de sales minerales.
La antropóloga también ha detallado que, aparte de los cuatro esqueletos, se han encontrado restos de madera y cinc, con que podrían corresponder a la primera caja donde se guardaron los restos una vez vendidos los sepulcros originales que las contenían. También han localizado piedras de tamaño pequeño, yeso, pequeños fragmentos de textil, sedimentos y huesos de fauna. Finalmente, habría algunos pequeños restos esqueléticos de otras personas, las cuales podrían estar relacionadas con su traslado.
En cuanto a los huesos que corresponderían al conde Ermengol X, la investigadora ha explicado que han detectado porosidad en los extremos de las extremidades, hecho que podría ser compatible con una enfermedad pulmonar. De hecho, según la documentación, la causa de su muerte estaba vinculada a una tuberculosis.
Con respecto al esqueleto que se atribuiría a Àlvar II, Armentano ha explicado que los huesos tienen unas incisiones que corresponderían a "maniobras de descarnadura y desarticulación de un cuerpo". En este sentido, ha detallado que, según varias fuentes escritas, estas prácticas se hacían cuando un caballero o un soldado moría lejos de casa, como sería el caso del vizconde de Àger que perdió la vida en Sicilia, con la voluntad de poder devolver los huesos.
La investigadora también ha apuntado que en el estudio han constatado que los esqueletos de los hombres miden más de 180 centímetros de altura, un elemento que tiene un fuerte componente genético que los podría emparentar. También ha atribuido este hecho a una buena alimentación, lo que da más pistas de cara a corroborar que los restos corresponderían a los condes.
Armentano ha concluido que las "evidencias" que relacionan los restos con los conocimientos históricos de los condes de Urgell harán avanzar el estudio con nuevas analíticas. Una de estas será de datación radiocarbónica, con el fin de situarlas cronológicamente. Después, ha continuado, se profundizará en la cuestión patológica y se harán pruebas genéticas para determinar el parentesco entre los diversos cuerpos. Además, también se analizarán los pequeños fragmentos de tejido textil y se harán análisis de isótopos para conocer cuál era su alimentación.
Mientras, la directora del Museu de la Noguera, Carme Alòs, ha dicho que el equipo que ha participado en el estudio "está absolutamente exultante" y que los resultados de este primer análisis abren las puertas a nuevas investigaciones. También ha detallado que el hallazgo implica empezar otras líneas de investigación sobre la historia de la Corona de Aragón y ha destacado que se la primera vez que se observan "según qué trazas en un esqueleto". Finalmente, ha querido agradecer la colaboración de todas las instituciones implicadas en este proyecto.
Por su parte, el director del monasterio de Les Avellanes, Robert Porta, ha asegurado que tenía una "esperanza elevada" en que el estudio antropológico contribuiría a certificar el qué ya sabían de estos restos mediante la documentación. En este sentido, ha dicho que el movimiento de los huesos"está muy bien trazado", sobre todo entre los años 1906 y 1967. Sin embargo, reconoce que los resultados que se están obteniendo superan sus "expectativas", teniendo en cuenta la concreción y la claridad de estos.
Puerta ha recordado que el estudio de los restos forma parte del proyecto de reproducción del conjunto sepulcral de los condes de Urgell en la iglesia del monasterio, que se empezó a gestar en el 2016 después de haber intentado recuperar, en varias ocasiones, los originales, los cuales se pueden ver en el museo The Cloisters de Nova York. Todo, ha dicho, para dignificar el patrimonio y corregir el "maltrato" que sufrieron elementos como los sepulcros en el pasado, que fueron "poco valorados".