Qué son los hidrantes: dispositivos esenciales para la gestión del agua en zonas rurales
Alcaldes afectados por el incendio de Torrefeta solicitan la instalación estratégica de estos sistemas para garantizar el suministro de agua para riego e incendios

Un hidrante automatizado.
Los hidrantes se han convertido en elementos fundamentales para la gestión eficiente del agua en entornos rurales. Estos dispositivos, conectados directamente a la red de suministro hídrico, permiten extraer grandes cantidades de agua de forma segura y controlada, siendo utilizados tanto para el riego agrícola como para la extinción de incendios. Recientemente, los alcaldes afectados por el incendio de Torrefeta han solicitado formalmente la instalación de estos sistemas en masías y puntos estratégicos del territorio, con el objetivo de disponer rápidamente de agua en caso de emergencia y facilitar las labores agrícolas.

Comarcas
Los alcaldes piden hidrantes en las masías y revisar las zepas para evitar macroincendios
Helena Culleré
La petición surge en un contexto donde la prevención de incendios forestales resulta prioritaria para la protección del patrimonio natural y las propiedades rurales. Los hidrantes, al proporcionar acceso inmediato a grandes volúmenes de agua, permitirían a los bomberos y a los propios vecinos actuar con mayor rapidez ante un fuego incipiente, aumentando significativamente las probabilidades de control antes de que se propague. Además, estos dispositivos supondrían una mejora considerable para la gestión agrícola, facilitando el riego de campos y la recarga de depósitos en un entorno donde el aprovechamiento del agua resulta cada vez más crucial.
Los expertos en gestión territorial señalan que la distribución estratégica de hidrantes en zonas rurales no solo representa una medida de seguridad, sino también una inversión en sostenibilidad y desarrollo rural. Con el cambio climático intensificando los periodos de sequía en la península ibérica, contar con infraestructuras que optimicen el uso del agua se ha convertido en una necesidad imperante para muchos municipios españoles.
¿Qué es exactamente un hidrante y cómo funciona?
Un hidrante es un dispositivo de conexión que permite el acceso controlado a la red de suministro de agua. Su diseño está pensado para proporcionar caudales importantes de forma rápida y segura, siendo capaz de suministrar entre 500 y 1.000 litros por minuto, dependiendo de la presión y características de la red. Estos sistemas están compuestos por una válvula de control, conectores estandarizados para mangueras y, en algunos casos, un sistema de drenaje para evitar congelaciones en zonas con temperaturas extremas.
En España existen principalmente dos tipos de hidrantes: los de columna, visibles sobre la superficie y fácilmente identificables por su característico color rojo, y los de arqueta, instalados bajo tierra con una tapa de acceso a nivel del suelo. Los primeros son más comunes en áreas urbanas, mientras que los de arqueta resultan más adecuados para entornos rurales donde es importante no obstaculizar el paso de maquinaria agrícola o vehículos.
La normativa española, a través del Código Técnico de la Edificación y otras regulaciones específicas, establece requisitos mínimos sobre la distribución y características de estos dispositivos, aunque muchos expertos consideran que las zonas rurales requieren una regulación más específica que contemple sus particularidades.
Beneficios de los hidrantes en el entorno rural
La instalación de hidrantes en masías y puntos estratégicos del territorio rural aporta numerosas ventajas. En primer lugar, mejora sustancialmente la capacidad de respuesta ante incendios, reduciendo los tiempos de actuación y permitiendo controlar el fuego en sus fases iniciales. Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica, en 2024 se registraron más de 7.500 incendios forestales en España, afectando a más de 85.000 hectáreas, cifras que podrían reducirse con infraestructuras adecuadas de prevención.
En el ámbito agrícola, estos dispositivos facilitan enormemente las tareas de riego y mantenimiento de cultivos, especialmente en épocas de escasez hídrica. La posibilidad de acceder rápidamente a grandes cantidades de agua permite a los agricultores planificar mejor sus cultivos y responder con agilidad ante situaciones de estrés hídrico.
Desde una perspectiva comunitaria, la presencia de hidrantes fomenta la gestión colectiva y responsable del recurso hídrico, creando una infraestructura compartida que beneficia tanto a particulares como al conjunto del territorio. Esta dimensión comunitaria resulta especialmente relevante en comarcas donde el despoblamiento rural hace aún más necesarias las infraestructuras que faciliten la permanencia y el desarrollo de actividades económicas viables.
¿Cómo se determina la ubicación óptima de los hidrantes?
La ubicación de estos dispositivos no es arbitraria, sino que responde a un estudio detallado del territorio que tiene en cuenta factores como la densidad de población, las características del terreno, la cercanía a masas forestales de alto valor o riesgo, y la existencia de infraestructuras hidráulicas previas.
Los sistemas de información geográfica (SIG) han revolucionado la planificación de estas infraestructuras, permitiendo cruzar datos sobre topografía, vegetación, vías de comunicación y otros factores relevantes para determinar la ubicación óptima de cada hidrante. Esta planificación científica garantiza la máxima eficiencia con el mínimo coste, optimizando los recursos públicos invertidos.
La experiencia demuestra que una distribución adecuada puede reducir hasta en un 70% el tiempo de respuesta ante un incendio y mejorar considerablemente la eficiencia en el uso del agua para riego, dos factores críticos en la gestión sostenible del territorio rural español.