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Aeroports y Organyà pactan zonas y alturas de vuelo para que el parapente remonte

Los deportistas no podrán volar a más de 500 metros de altura ni los aviones a menos al aterrizar y despegar. “El acuerdo permite volver a la normalidad” tras perder la mitad de la actividad en 4 años

Los miembros de la Mesa del Aeropuerto de La Seu-Andorra se reunieron ayer en el complejo aéreo. - AEROPORTS DE CATALUNYA

Los miembros de la Mesa del Aeropuerto de La Seu-Andorra se reunieron ayer en el complejo aéreo. - AEROPORTS DE CATALUNYA

Lleida

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La Mesa de Seguimiento del aeropuerto de La Seu d'Urgell-Andorra formalizó ayer un acuerdo, pendiente de ratificación por la AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea), que facilitará la compatibilización de la actividad comercial aérea con la práctica del parapente, una modalidad deportiva que se había convertido en uno de los motores de desarrollo de localidades como Organyà y que desde la reactivación de los vuelos a partir de 2021 había iniciado una caída en barrena.

“Cada año venían a practicar el parapente de 4.000 a 5.000 deportistas entre comienzos de abril y finales de octubre o principios de noviembre, pero en estos años la afluencia ha caído a la mitad”, señaló el alcalde de Organyà, Celestí Vilà, que llamó la atención sobre las consecuencias negativas que la merma de esa actividad ha tenido en la economía local con el cierre de una de las cuatro empresas dedicadas a ella.

El acuerdo cerrado entre Aeroports de Catalunya, el ayuntamiento de Organyà y la Federació Aèria Catalana consiste en la incorporación de la figura del controlador aéreo al complejo aéreo pirenaico, en el que habrá uno físicamente presente cuando haya maniobras de aterrizaje y despegue aunque serán contatados varios para poder cubrir los turnos de trabajo y de descanso, y en la delimitación de varias zonas y alturas para la práctica del parapente cuando se produzcan las maniobras de acercamiento y alejamiento de los aviones.

El pacto contempla que en esos momentos los parapentes no vuelen a más de 500 metros de altura ni los aviones lo hagan por debajo de ese nivel para evitar colisiones.

“El aeropuerto tendrá un sistema de control aéreo, y eso permitirá regular la altura de los aviones y de los parapentes y evitar así los conflictos cuando coincidan los vuelos” de unos y otros, explicó Manel Nadal, secretario de Movilidad e Infraestructuras de la Generalitat. “Vamos a hacer compatibles las dos actividades”, añadió.

“El acuerdo debe ser refrendado por la AESA, porque supone una modificación del espacio aéreo del aeropuerto. Tardará unos meses, pero tenemos la seguridad de que estará convalidado para la próxima campaña”, anotó Jordi Candela, director de Aeroports, para quien “se trata de regular dos actividades que deben ser compatibles”.

“Hemos logrado un acuerdo satisfactorio para todos y consideramos que a partir de ahora iremos volviendo a la normalidad”, señaló Vilà, quien aseguró que “Organyà es uno de los mejores lugares del mundo para practicar el parapente acrobático. Para el municipio el parapente es un motor económico. Viene gente de todo el mundo a practicarlo”. Esperan aplicarlo la próxima campaña, en abril.

Más hangares, línea a París y gestión del combustible

La representación del Govern d’Andorra explicó ayer en la sesión de la Mesa de Seguimiento del aeropuerto de La Seu d’Urgell que está trabajando en la incorporación de nuevas líneas regulares desde el aeródromo pirenaico, entre ellas una que conecte con París. Ahora mismo, la oferta, subvencionada por el ejecutivo andorrano, se centra en una línea hacia Palma y otra hacia Madrid con varios vuelos semanales en cada sentido. En la mesa, con representantes de ayuntamientos de la zona, de la Generalitat y de Andorra, se trataron otros asuntos como el proyecto para construir nueve hangares nuevos en el aeropuerto o la situación que se está dando con el suministro de combustible, ya que se trata de un complejo aéreo alejado de las rutas habituales de distribución de ese producto en el Estado español. Los accesos al aeropuerto de La Seu van a mejorar notablemente en los próximos meses una vez que el ministerio de Transportes y Movilidad ha adjudicado las obras de la rotonda que regulará el tráfico en el cruce de la carretera N-260 con la vía que conduce al aeródromo y al núcleo de Montferrer.

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