El albergue acoge en un año a 45 personas vulnerables
Animan a los propietarios de pisos vacíos a ofrecerlos para alquiler social

El albergue Sagrada Família está gestionado por un equipo de cuatro personas y con voluntariado. - C.MARSIÑACH
Hace cinco años la asociación Emaús Rural reabrió el albergue de la Sagrada Família de Cervera, un espacio que acoge a peregrinos y también funciona como vivienda social. La entidad también cuenta con otras residencias para personas en riesgo de exclusión social en Granyena de Segarra, Cervera y otros puntos de la Segarra. Según la responsable del albergue, Conchi Plaza, en estos momentos tienen personas en lista de espera y por ello hacen un llamamiento a los propietarios que tengan pisos vacíos para que los pongan a disposición de la entidad, y así poder alquilarlos a colectivos vulnerables. “Ya lo hemos hecho en diferentes ocasiones. Como entidad hacemos un contrato de alquiler con los particulares”, explica y de este modo garantizan que el espacio será cuidado y se encargan de gestionar la convivencia.
El edificio, ubicado en la calle Sabaters, cuenta con cinco camas para acogidas de larga estancia y 14 para emergencias sociales más temporales. En 2024 fueron atendidas un total de 45 personas, la mayoría derivadas de servicios sociales de la Segarra pero también del Urgell, la Noguera o la Anoia. Según Plaza, el problema es que muchas de estas estancias temporales se alargan por la dificultad de encontrar pisos de alquiler asequibles: “Nos enfrentamos a un problema estructural, el tema de la vivienda está fatal”, lamenta. Por otro lado, cuentan con 40 plazas de albergue y el año pasado más de 300 peregrinos del Camí Ignasià y el Camí de Sant Jaume hicieron parada en Cervera.
Las monjas de la Sagrada Família de l’Urgell les cedieron el edificio en 2020 y acordaron un plan de inversiones para revertir las deficiencias estructurales del inmueble Este año han renovado los aislamientos exteriores gracias a una subvención de la Generalitat y los baños con una ayuda de la Fundació La Caixa. Las propietarias también han arreglado parte del tejado.