Aragón deja sin transporte escolar a dos niñas con discapacidad múltiple: “tienen derecho a estudiar”
Anula la ruta de Lleida e impone salidas de casa de 10 horas a 13 niños con diversidad intelectual

Una de las niñas afectadas, con su madre.
La motosierra presupuestaria del Gobierno de Aragón que preside Jorge Azcón está teniendo intensos efectos en el funcionamiento de los servicios públicos en la Franja: la consejería de Educación ha retirado el servicio de transporte escolar a dos niñas de Fraga de 15 y 16 años que padecen discapacidad múltiple y que desde el curso 2021-2022 van a clase en la Escola Plançó, un centro concertado de educación especial de La Caparrella (Lleida).
“En Fraga hay tres centros públicos, pero para poder estudiar Secundaria un niño con dispacacidad tiene que desplazarse 60 kilómetros, hasta Monzón, y pasar diez horas fuera de casa. No hay más opciones de centros públicos”, explica Marta Mur, madre de una de las niñas. “Son niños que tienen derecho a estudiar en el centro más cercano a su casa. No queremos que tengan más derechos que otros niños, pero queremos que disfruten de los mismos”, añade.
El desplazamiento al centro de educación especial La Alegría de Monzón, el único público de la provincia de Huesca que ofrece formación para menores con diversidad funcional mental, supone para los alumnos coger el transporte escolar a las 8.15 en Fraga y volver a las 18.15, un exigente régimen que siguen, porque el Gobierno de Aragón no les da otra opción, trece alumnos de la capital del Baix Cinca.
Ese no es, sin embargo, el centro más cercano a Fraga que ofrece servicios de educación especial. El Plançó, en La Caparrella, está a 27 km, y el de Aremi, especializado en parálisis cerebral, a 33. “No me entra en la cabeza que teniendo un cole a 25 km tengamos que ir a otro que está a 60”, anota Mur.
Hace ya 12 años, desde 2013, que la consejería de Educación puso en marcha la ruta escolar 44 para, precisamente, llevar con taxi de Fraga a Lleida a niños con discapacidad del Baix Cinca. La línea quedó en el aire en el curso 2020-2021, con la pandemia, y la DGA la recuperó en el siguiente. Desde entonces ha tenido tres usuarios, Inés y Lira, alumnas del Plançó de 16 y 15 años, y Sonia, de Aremi, afectada por parálisis cerebral y que falleció en 2024.
La dirección provincial de Educación de Huesca, que considera que “para este curso escolar la línea no es necesaria” por el fallecimiento de la niña, ha suprimido la línea de transporte escolar “ante la imposibilidad de la prestación del servicio durante el curso escolar 2025-2026 por falta de alumnado que dio origen al servicio”.
La resolución, firmada por la directora provincial, Mónica Martínez, destaca que “no tendrá derecho” al transporte escolar “el alumnado cuya escolarización se efectúe voluntriamente en un centro distinto al que le corresponde por su residencia habitual”.
La posición del departamento de Educación obliga a las familias de las niñas, con inependencia de los ingresos hospitalarios y otras incidencias que puedan ir sufriendo sus miembros, a llevarlas cada mañana de lunes a viernes hasta La Caparrella y a recogerlas por la tarde, algo que, en cualquier caso, permite reducir en dos horas sus ausencias del hogar en relación a la opción de Monzón.
“Lo que no vamos a hacer es cambiarlas de centro después de seis años porque a la DGA no le dé la gana poner transporte escolar”, señala Mur, quien muestra su extrañeza sobre un aspecto que se da en casi todas las zonas fronterizas del país: “No se entiende cómo no hay un convenio para facilitar la escolarizción” de alumnos de la Franja en Lleida.
No es la primera vez que el Gobierno de Azcón esgrime el concepto de territorialidad para recortar servicios: ese es también su argumento para impedir que lleguen a Lleida los trenes de Zaragoza que no son Obligación de Servicio Público.