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 Edinson Cavani celebra junto a Laxalt y Godín la consecución del definitivo 3-0 de los uruguayos.

Edinson Cavani celebra junto a Laxalt y Godín la consecución del definitivo 3-0 de los uruguayos.EFE

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Uruguay, con tanta eficacia como convencimiento, desnudó los problemas de la selección rusa y logró una cómoda victoria que le envía a Sochi, donde jugará los octavos de final como campeón del grupo A.

Si en los dos primeros encuentros Rusia se había envuelto en goles para provocar la euforia de la afición y Uruguay había despertado dudas por sus problemas para anotar, en el momento de la verdad La Celeste hizo una exhibición de jerarquía, dominó todas las facetas del juego y sentenció la victoria en la primera parte, ante un rival que acude a los octavos preocupado por su escasa solvencia. Los de Tabárez firman así su tercera clasificación consecutiva a octavos con pleno de victorias e imbatidos.

Pero todo empezó con Luis Suárez. El barcelonista, muy criticado en el debut por fallar varios goles cantados, recuperó el instinto asesino. A los 10 minutos dispuso de un libre directo al borde del área, lo aprovechó y, desde ese momento, ya le fue todo de cara, con la anfitriona angustiada. Sin Aleksandr Golovin –una de las tres rotaciones que introdujo Stanislav Cherchesov–, Rusia nunca controló el centro del campo, no encontró en ningún momento a Artem Dyzuba y Cheryshev firmó su peor actuación.

El jugador del Villarreal, la sensación local al comienzo del Mundial, no pudo nunca con Nández, tuvo la mala fortuna de desviar contra su meta el disparo de Laxalt que supuso el segundo gol y fue sustituido por Mario Fernandes cuando se produjo la expulsión por doble amarilla de Igor Smolnikov (m.36) en una acción infantil que condenó a su equipo.

Con uno menos, Rusia ya no pudo seducir a la grada más que unos segundos, con la entrada de Fedor Smolov, el ídolo de la afición hasta el comienzo del Mundial, que no aportó mucho más. Y a Uruguay le quedaron solo objetivos laterales: que se estrenase Cavani como goleador y que Fernando Muslera no encajase ningún gol en el partido en el que batía a Ladislao Mazurkievicz en presencias mundialistas. Logró los dos. El delantero del PSG se sumó en el 90 a la fiesta, antes de ser sustituido, y Muslera no tuvo más que intervenir en una ocasión. Misión cumplida antes de octavos, donde se las verá con Portugal.

 Edinson Cavani celebra junto a Laxalt y Godín la consecución del definitivo 3-0 de los uruguayos.

Edinson Cavani celebra junto a Laxalt y Godín la consecución del definitivo 3-0 de los uruguayos.EFE

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