Quedan dos finales

El ICG Força Lleida dio ayer otro paso hacia la permanencia con una victoria solvente pero trabajada (91-77) ante un Tizona Burgos que hace ya semanas que es equipo de LEB Plata. Aun así, los castellanos dieron la cara, al menos en la primera mitad, y pusieron en aprietos a un cuadro leridano que jugó a ráfagas, con mucho individualismo, pero que supo sufrir para sacar adelante la primera de las tres finales que afrontará en una semana.

Este miércoles debe jugar la segunda en casa ante el Ourense, partido aplazado por la Covid-19, y cerrará la fase de permanencia el domingo en Melilla. A día de hoy, los de Gustavo Aranzana tienen abiertas todas las opciones, incluso la de jugar el play off de ascenso, siempre que ganen los dos partidos que les quedan y haya un triple empate a diez victorias con Cáceres y Murcia, una carambola posible pero complicada.

El letón quedó descartado a última hora por su fascitis, pero se espera que pueda jugar este miércoles

El ICG Lleida se la jugaba ante el Tizona Burgos, como lo hará el miércoles y el domingo, pero ayer más si cabe porque la victoria era indispensable, y más teniendo en cuenta que el equipo retomaba la competición tres semanas después de jugar su último partido por culpa de los aplazamientos por la Covid y la jornada de descanso. Pese a la inactividad, los de negro, que no pudieron contar con Vecvagars por lesión, salieron muy enchufados y antes de llegarse al ecuador del primer cuarto el técnico rival ya tuvo que parar el partido porque los leridanos dominaban por 13 puntos (20-7).

Los triples de Carrera y Polanco y las penetraciones de Chapela estaban haciendo añicos la defensa burgalesa, que sobrevivía gracias a los puntos de Reaves.

El tiempo muerto detuvo la sangría y el Tizona se recuperó, llegando al final del periodo con seis puntos abajo (27-21) y en clara progresión, como demostró Joseph con un triple nada más arrancar el segundo asalto que apretaba aún más el marcador (29-24). Los nervios empezaron a aparecer entre los de negro, incapaces de defender los triples de Reaves (3 de 3 hasta ese momento) y sin luces en ataque.

Otra canasta de tres visitante, esta vez de Starr, completó la remontada y obligó a Aranzana a parar el partido (31-33). El ICG Lleida había encajado un parcial de 4-12 en tan solo tres minutos, con un global de 11-26 desde el 20-7 que le había dado la máxima ventaja en el minuto 6 de partido.

Las alarmas se activaron y Polanco, muy desaparecido en los últimos partidos, regresó con su mejor versión para dar tranquilidad a los suyos con un 2+1. El Força Lleida devolvió el golpe con un parcial de 13-2, gracias al acierto en el tiro libre y a otro triple del dominicano, el segundo de la mañana, que le permitió tomar nueve puntos de renta, obligando a Lluís Riera a pedir otro tiempo muerto. Esta vez las instrucciones del técnico no dieron el resultado esperado y los leridanos mantuvieron la renta al descanso (50-41).

A la vuelta de los vestuarios, el guión no varió y los de negro se hicieron con el control del juego. Dominaron el rebote y metieron balones a Buchanan, que se hizo grande en la zona para ensanchar la renta local hasta recuperar los 13 puntos de renta (61-48), teniendo que parar de nuevo el partido el técnico burgalés.

Buchanan siguió haciendo daño en la pintura y junto a los triples de Carrera y Sans la ventaja se disparó hasta los 18 puntos (72-54) a poco del final del tercer periodo. El duelo estaba prácticamente roto y el último cuarto apenas tuvo historia, con un ICG Lleida sacando provecho de sus mejores individualidades para alcanzar su máxima renta en todo el partido, 21 puntos (78-57, m.33), y un Tizona ya sin reacción.

Esto permitió a Gustavo Aranzana repartir minutos y dar descanso a algunas de sus primeras espadas, como Polanco, Carrera o Buchanan, pensando en la batalla del próximo miércoles ante el Ourense en el Barris Nord, un duelo que de ganarlo sellaría más de media salvación.