L'AEM saca un punto de mérito en su visita al Espanyol

El AEM volvió a vestirse de gigante una jornada más para sumar otro punto de mucho valor en su visita al Espanyol (0-0). El empate, bueno por ser fuera de casa, lo fue también por producirse ante un equipo recién descendido y con una plantilla confeccionada para volver a subir, pero también por ser las blanquiazules un rival directo de las leridanas en la clasificación, aunque pocos lo hubieran pensado a principio de temporada, y al que, además, las leridanas le tienen el average ganado con el resultado de ayer. Fue un partido con muy pocas llegadas a las áreas, pero en el que el AEM sacó a relucir sus portentos defensivos para amarrar un empate y alargar a cinco partidos la racha de imbatibilidad –con solamente una derrota en las últimas doce jornadas pese a haberse enfrentado a todos los equipos que le superan en la tabla–.

Las leridanas repitieron el resultado de hace una semana ante el Deportivo de la Coruña, con lo cual han mantenido su portería a cero ante el segundo y tercer equipo con más goles a favor de la Liga –solo les supera el Levante–. Y, al final, consiguieron puntuar en el mismo campo donde la temporada pasada derrotaron al Espanyol B y donde hace solo nueve años perdían ante el Espanyol C, con una joven Pixu ya en el once. Una prueba más del crecimiento meteórico de este club.

Ayer era ante el primer equipo. Un gigante con nada menos que una Liga y seis Copas en sus vitrinas. Aunque, en cierto modo, un gigante venido a menos, cosa que demostró dando otro paso atrás en la lucha por el ascenso y, además, también lo demostró fuera del campo: el club negó el acceso al campo a aficionados del AEM desplazados desde Lleida, algunos de ellos niños, que tuvieron que seguir el partido desde el parking a través de la radio y de la emisión del club blanquiazul por YouTube. Una decisión incomprensible y bochornosa y, especialmente, injustificable dado que la grada estaba semivacía. Por lo visto, el acceso estaba restringido a los socios del Espanyol –que podían traer hasta dos acompañantes–, pero el club no vendió entradas y dio apenas 15 invitaciones al AEM, que distribuyó entre las familias de las futbolistas. Al final, las quejas a través de las redes sociales de los leridanos agraviados hicieron efecto, y casi en el descanso pudieron acceder al recinto.

El partido ofreció pocas llegadas con peligro. Las más claras del AEM llegaron en el segundo tiempo, cuando en dos fogonazos Barbi y en el último minuto Pixu, estuvieron a punto de sorprender a Myllyoja. El Espanyol, aunque no tuvo tampoco ocasiones manifiestas, sí que pisó el área con mucho más peligro. Su primer remate a portería no obstante, no llegó hasta el último minuto del primer tiempo, en un mano a mano de Judit Pablos que Tania dificultó y que Mireya paró.

Fue poco después de que las blanquiazules reclamaran un penalti sobre Manu Lareo y que originó una tangana que acabó con amarilla para Júlia Guerra y Pixu, el máximo exponente de una tensión que reinó durante todo el encuentro alimentada por los dos precedentes entre ambos equipos de esta misma temporada. La victoria azul en casa en la primera vuelta remontando un 0-2 adverso y los apuros en los que puso al Espanyol en la Copa forzando la prórroga.Ya en el segundo tiempo, Mireya tuvo que intervenir en otro remate de Baudet pero lo cierto es que tampoco tuvo que lucirse en sus intervenciones porque el resto de llegadas blanquiazules acabaron fuera o frenadas por la zaga, que hizo, como ante el Deportivo, otro partido muy serio, reivindicando al AEM como el tercer equipo menos goleado. Realmente, las azules no se sintieron agobiadas por el Espanyol salvo en los últimos minutos. En el resto, bregaron en la medular con Andrea, Barbi y Astudillo, que reaparecía tras dos partidos de sanción y que se perderá el próximo, en casa ante el Racing, tras ver la quinta amarilla. En definitiva, un punto muy luchado. Un puntazo.

El entrenador del AEM, Òscar Cobacho, aseguró que el empate es “muy positivo”, sobre todo por haberse conseguido fuera de casa y “contra un gran equipo”. “En la primera parte hemos estado más cómodas, pero no hemos llegado a generar con claridad, y en la segunda el Espanyol ha dado un paso adelante, pero considero que el empate es justo”, dijo el técnico que, sobre todo, quiso poner en valor la trayectoria del equipo: “Estamos creciendo y se dice muy rápido la posición que ocupamos, pero queda mucho y puede pasar de todo”, sentenció. Por otra parte, la capitana Pixu dijo que “sabíamos que veníamos a un campo complicado pero, como siempre, no nos hemos sentido inferiores y desde el primer minuto hemos igualado su intensidad”.

Además, puso en valor el hecho de sumar ante el Espanyol en un campo donde, hace no tantos años, perdían ante el Espanyol C: “Hemos crecido mucho, el cambio es inmenso y sería bonito soñar con Primera”. Otra de las capitanas, Júlia Miró, destacó las dos porterías a cero consecutivas ante el segundo y tercer equipo más goleador del grupo: “Podemos presumir de nuestra defensa”, dijo.