FÚTBOL
Raúl Lecumberri, un leridano en Tajonar
Hijo de Juanjo Lecumberri, exjugador que en los 80 llegó de Osasuna al Lleida

Raúl, sexto por la decha en la fila central, con la plantilla que entrena este año, el Juvenil A de Osasuna.
Raúl Lecumberri Morato (Lleida, 3-12-1996) es un entrenador leridano de 29 años que lleva cuatro temporadas formando jugadores en la cantera de la UD Osasuna, considerada una de las mejores del fútbol estatal. Esta temporada es el primer entrenador del Juvenil A que milita en División de Honor y ha conseguido su sueño de vivir del fútbol. Raúl es hijo de Juanjo Lecumberri Sesma, jugador que en la temporada 1982-83 llegó a la UE Lleida procedente de Osasuna, por lo que ha hecho el viaje inverso que hizo su padre, que jugó diez temporadas en el Camp d'Esports, logrando dos ascensos a Segunda A y que se quedó a vivir en Lleida.
“Estoy muy contento porque mi sueño era poder dedicarme solo al fútbol”, explica Raúl, que debutó en los banquillos en la temporada 2018-19. “En Tajonar la metodología es una pasada, he aprendido mucho en estos cuatro años y aquí se preocupan por formar a los técnicos. Quiero formarme y coger experiencia y claro, sueñas en progresar y, como entrenador, pisar ciertos campos”, añade.
Como futbolista se formó en la base del Lleida, probó el fútbol sala en Maristes y Sícoris y jugó en el Juvenil del AEM. “En 2014 me fui a Pamplona a estudiar Derecho, carrera que acabé. Tengo un máster en Abogacía y he ejercido de abobado durante tres años y llegué a montar un despacho con dos amigos”. En Navarra, mientras estudiaba, siguió vinculado al fútbol, jugando con el Sporting Melinés, el equipo de Mélida, el pueblo donde nació su padre. “Me saqué todos los títulos de entrenador y, con 23 años, llegué a ser presidente del Melinés”, recuerda.
“Cuando me llamó Osasuna me hizo ilusión, pero al entrar compaginar el fútbol con ser abogado es muy difícil y lo deje cuando me profesionalicé. Ser abogado es como un seguro de vida”, bromea. Sobre si su padre le ha dado consejos recuerda que “siempre me dijo que el fútbol era un mundo difícil. Por él, seguiría siendo abogado. Elegí el camino difícil”, dice entre risas. El padre, como no, va a ver sus partidos siempre que puede.