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Sin rumbo: El Hiopos Lleida sigue sin ganar en Girona y encaja la sexta derrota seguida en otro mal partido colectivo

Faltó dirección y energía ante un rival que dominó el rebote y el ritmo

Oriol Paulí controla el balón rodeado por tres defensores del Bàsquet Girona. - ACB PHOTO/SERGI GERONÈS

Oriol Paulí controla el balón rodeado por tres defensores del Bàsquet Girona. - ACB PHOTO/SERGI GERONÈS

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El Hiopos Lleida cierra el 2025 sumido en la peor racha de resultados desde que aterrizó en la ACB y con un juego muy alejado del que exhibió en el arranque de temporada, que incluso le hizo posicionarse para estar en la Copa del Rey. Muy lejos queda ya eso para un equipo que ayer dejó constancia de sus grandes carencias, tanto de juego como de actitud. 

El Hiopos volvió a salir derrotado de Fontajau, donde nunca ha ganado tras cuatro visitas, encadenando la sexta derrota, la octava del curso (103-86), en un duelo dominado casi desde el principio por un Girona mucho más intenso y que cimentó el triunfo en su insultante dominio del rebote, sobre todo ofensivo (18 capturas a 5), y a su acierto.

Gerard Encuentra no dio con la tecla para reactivar a un equipo sin alma ni dirección, en un partido en el que varios jugadores quedaron señalados. El equipo necesita como agua de mayo un director de juego tras el frustrado fichaje de Xavier Castañeda y la nula aportación de Zoriks. El letón no fue el único que ayer quedó retratado, ya que Shurna y Krutwig, que no jugaron en la segunda parte, y Millán Jiménez, inédito en todo el partido, fueron otros de los ‘olvidados’ por un Encuentra que acabó desesperado ante el aluvión de malas decisiones de sus jugadores.

El primer cuarto fue un festival anotador por ambos bandos, si bien el Girona acabó mejor y desplegando un juego más coral ante un Hiopos que concedió mucho atrás y con excesiva dependencia de Batemon, que reaparecía después de perderse los dos últimos partidos. 

La puesta en escena de los de burdeos no fue mala esta vez, destacando sobre todo su acierto desde más allá de los 6,75. Los triples de Sanz y Batemon, este por partida doble, le permitieron incluso mandar por hasta cuatro puntos (9-13 y 12-16), la máxima renta que tendría en todo el partido.

Pero el Girona hacía más cosas y mejor, jugando con una intensidad mucho más alta y cargando el rebote ofensivo, donde los leridanos estuvieron negados (0 capturas al descanso por 12 de su rival, más que defensivos, 10). Eso le dio muchas segundas e incluso terceras opciones para anotar y tras firmar un parcial de 10-1 (22-17), Encuentra tuvo que parar el partido. De nada le sirvió, ya que un triple de Vildoza nada más reanudarse el duelo situó la renta en ocho puntos (25-17), que acabó siendo de nueve al final del periodo (33-24).

La situación no mejoró en el segundo asalto, que comenzó con una canasta de Geben que aumentaba la renta hasta los 11 tantos (35-24). La renta local no se incrementó más allá de los 13 tantos gracias sobre todo a los puntos de Batemon, el único que generó algo en ataque, donde se estaba echando en falta la aportación de Paulí y Ejim, ayer excesivamente precipitado. El Hiopos logró minimizar los daños llegando al descanso diez puntos abajo (54-44).

No mejoraron las cosas tras el paso por los vestuarios, ya que Encuentra tuvo que parar de nuevo el partido un minuto y medio después al igualar el Girona su máxima renta, 13 puntos (58-45). A partir de ahí el cuadro burdeos pareció reaccionar, gracias de nuevo al liderazgo de Batemon, y logró situarse a solo seis puntos (66-60, m.26). Ahora era Moncho Fernández el que pedía el tiempo muerto, consciente de que el Lleida no se iba a desconectar.

Malas decisiones, alguna que otra pérdida no forzada y canastas sobre la bocina de posesión de los locales, como el triple de Susinskas para situar de nuevo los diez puntos de renta (73-63) al filo del tercer cuarto, frenaron la reacción del Hiopos, que se resistía a tirar la toalla. Pero con la aportación de Batemon no era suficiente, y pese a que Ejim y Paulí despertaron, el partido se acabó rompiendo faltando cinco minutos después de un parcial de 7-1 que situaba de nuevo la desventaja en los 13 puntos (89-76). El tramo final fue un querer y no poder de un Hiopos que acabó arrollado y encadenando la sexta derrota. Lo único positivo, que mantiene las tres victorias sobre el descenso.

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