'Agrivoltaica', donde conviven cultivos, abejas y placas fotovoltaicas

Optimizar la convivencia y la colaboración entre el sector agrícola y ganadero y las plantas renovables es el objetivo de un proyecto piloto impulsado por el grupo Enel, del cual forma parte Endesa, en varios países, entre ellos España. Se trata de aprovechar un mismo terreno para la instalación de placas solares y el cultivo del suelo, lo cual se conoce como agrivoltaica, favoreciendo la economía circular y la creación de valor compartido con la comunidad local. El agrivoltaica permite recuperar el uso agrícola del suelo utilizado en la construcción de plantas solares y favorece el desarrollo sostenible de las comunidades locales. La generación de energía solar y la agricultura son actividades que aparentemente tienen poco que ver entre sí. No obstante, tienen un punto en común: el uso del suelo. La instalación de grandes extensiones de plantas fotovoltaicas puede llegar a competir en algunos casos con el desarrollo de los cultivos autóctonos.

En España se han iniciado cinco proyectos piloto en las plantas solares de Carmona (Sevilla), Totana (Murcia), Valdecaballeros y Augusto (Badajoz) y Andorra (Teruel). Hay algunas experiencias iniciadas por agricultores a título particular, pero esta será la primera prueba de un grupo energético dentro de parques a gran escala. “Compartir y no competir por el uso del suelo con el sector primario es el mejor mecanismo para conseguir la sostenibilidad de nuestras plantas solares a largo plazo”, explica Inmaculada Fiteni, responsable de programas de creación de valor de la dirección de sostenibilidad de la compañía.

“Además, es una fórmula win-win, en la cual todos los agentes implicados ganan. En primer lugar, el agricultor, que tendrá un terreno perimetrado y seguro en el cual podrá cultivar a un precio del suelo competitivo. Y todo el negocio relacionado con este producto que se puede generar en el ámbito local. Y para la empresa, si el cultivo es adecuado, el hecho de disponer de un terreno cultivado próximo a los paneles comporta menos costes de mantenimiento, al reducir polvo en suspensión, menos costes por desbroce y una posible mejora de la productividad de la planta al favorecer una diferencia térmica mayor entre suelo y panel”, aclara Fiteni. Enel está desarrollando ocho proyectos piloto más en Grecia y cinco en Italia. Estas iniciativas dan apoyo a la creación de empleo en las zonas rurales y refuerzan las prácticas agrícolas sostenibles, ofrecen la oportunidad de conseguir los objetivos del Pacto Verde Europeo de descarbonización y, al mismo tiempo, cumplir con la nueva política agraria común, que busca desarrollar un modelo resiliente que asegure alimentos en la Unión Europea en el escenario actual de laCovid-19.

“El proyecto agrivoltaico que estamos desarrollando –explica Roberto Andrés, responsable de innovación medioambiental a la misma compañía– no sólo se centra en el mantenimiento o recuperación de las actividades agrícolas o ganaderas allí donde una planta fotovoltaica se ha construido o está prevista su construcción, sino que un componente muy importante del proyecto se centra en la recuperación, promoción o mejora de los ecosistemas y hábitats locales centrando los esfuerzos en la recuperación del suelo y en aquellas especies protegidas o que son vitales para el mantenimiento de los mismos o la mejora de los cultivos, como son las especies polinizadoras.”

Se han seleccionado para cada emplazamiento actividades específicas valorando factores como el ecosistema previo existente, el uso tradicional del suelo en cada emplazamiento, el tipo de suelo, la disponibilidad de recursos hídricos, etc., todo eso acondicionado por las condiciones climáticas. Para evaluar la viabilidad agronómica de las soluciones propuestas en cada planta un equipo de expertos de la empresa visitó los emplazamientos para recopilar toda la información necesaria para la correcta realización del proyecto, como las condiciones del lugar, recursos hídricos disponibles, agricultores próximos interesados en el cultivo y/o en el pasturaje, información sobre cooperativas locales, cultivos tradicionales específicos, etc.

Después de este análisis ya se han plantado a la zona de Totana especies como el pimiento rojo, el brócoli, la alcachofa, el tomillo y la pitaia. En la planta fotovoltaica de Las Corchas, en Sevilla, se plantará en los próximos meses especies aromáticas y medicinales como la salvia, el orégano, el romero, la lavanda o el cilantro para uso cosmético y alimentario.

También se plantarán diferentes especies en las plantas fotovoltaicas Augusto y Valdecaballero, en la provincia de Badajoz, como la berenjena, el brócoli, la coliflor o el calabacín. Asimismo, se plantarán especies leguminosas como la alfalfa para fomentar la biodiversidad y especies como la pradera prolifita para el aprovechamiento animal y también plantas aromáticas y medicinales destinadas a uso cosmético y curativo.

Formación para 16 apicultores

Un total de 16 amantes de las abejas están siendo formados en apicultura en el marco de las actividades que se están promoviendo en el entorno de las plantas fotovoltaicas de Carmona (Sevilla), en el que se ha instalado el primer apiari solar del Estado. En el curso de formación en apicultura avanzada participa también el ayuntamiento de la localidad y se imparte a cargo de la Fundación de Amigos de las Abejas y de la Asociación de Apicultura de Andalucía.

Refugio para aves amenazadas

Un plano piloto que instala varias plantas fotovoltaicas para que sirvan de refugio a pájaros esteparios amenazados ha empezado a dar resultados positivos. En concreto, en 8 hectáreas de la planta fotovoltaica de la filial renovable de Endesa, Enel Green Power Espanya, en Totana se ha creado una isla ecológica que sirve como refugio a más de 25 especies de pájaros, algunas de las cuales se encuentran amenazadas de extinción. La planta cuenta con un corredor ecológico en que se han destinado 6 hectáreas de este espacio protegido para plantar 15.000 plantas que sirven como refugio de pájaros. Desde que se puso en marcha esta pionera iniciativa, los “guardianes de los pájaros” han avistado ya ejemplares autóctonos como la cogujada común o la urraca, pero también especies como la tórtola común, alcaravanes, churras o el cernícalo primilla. A esta actuación se une otra más para la protección del aguilucho cenizo, especie considerada vulnerable y para la cual se está llevando a cabo una actuación en colaboración con la asociación AMUS (Acción por el Mundo Salvaje). Además del cultivo, también se están implementando sinergias con pastores locales para utilizar el desbroce natural de las ovejas en las plantas fotovoltaicas. Una iniciativa que ha contado con el apoyo de la comunidad local tanto a Totana como a Carmona y a las plantas fotovoltaicas de Extremadura. Con estas iniciativas la compañía se alinea con el Pacto Verde Europeo, con políticas agrícolas que permiten la adaptación del sector primario al contexto actual. De aquí la política innovadora en materia de sostenibilidad que permite compartir la innovación con tradición haciendo proyectos a medida en cada territorio.

Miel ‘solar’ en colmenas inteligentes

Tecnología punta y la más pura tradición conviven en el apiari solar que se está desarrollando en la planta fotovoltaica de Las Corchas, en Carmona. Juan Ignacio López, apicultor de cuarta generación de Loramiel, junto con su hijo, ya han instalado las colmenas tradicionales en la planta. Estas colmenas convivirán con otros inteligentes, una iniciativa impulsada bajo un modelo de innovación abierta a través de dos startups españolas, la catalana Protofy (destacado y premiado por sus aportaciones en el ámbito sanitario) y SmartBee. Gracias a su tecnología, las colmenas cuentan con sensores de temperatura y humedad y se controla de manera remota su apertura|abertura o cierre. Además, están dotados de cámaras que permiten ver la actividad de la población de abejas, y una báscula para saber la cantidad de miel que se está produciendo. Asimismo, la tecnología GPS instalada ayudará a la localización de las colmenas ante posibles robos. La miel “solar” que se produzca irá destinada a entidades de Carmona, como las monjas del convento, que la utilizará para elaborar dulces artesanos y para labores sociales. Asimismo, un panadero elaborará un pan de miel “solar” en homenaje a esta iniciativa pionera que cuenta también con la colaboración de la asociación de discapacidades de Carmona, que ha diseñado el etiquetado. Las dos plantas fotovoltaicas entraron en pleno funcionamiento a finales del año pasado produciendo energía equivalente al consumo de 30.000 hogares, es decir, toda la población de Carmona. Estas dos instalaciones de 50 MW cada una, en las cuales Endesa ha invertido cerca de 60 millones de euros, cuentan con más de 250.000 paneles fotovoltaicos.