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El sector teme que pueda bajar el consumo de carne de ave y huevos por el caso de gripe aviar en Arbeca

Destaca que los controles garantizan la calidad de los productos que llegan al punto de venta || Alerta de las consecuencias económicas para las granjas paralizadas

Agentes rurales vigilando el año pasado las aves salvajes en la zona de los humedales de Utxesa.

Agentes rurales vigilando el año pasado las aves salvajes en la zona de los humedales de Utxesa.GERARD HOYAS

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El responsable de sectores ganaderos de Unió de Pagesos, Jordi Armengol, se mostró ayer preocupado porque la detección del caso de gripe aviar en Arbeca provoque una “desviación de consumo” hacia otras carnes. Destacó que los consumidores pueden estar tranquilos por la seguridad de los productos que se comercializan, tanto huevos como carne de aves. Remarcó que económicamente las consecuencias del foco pueden ser especialmente importantes para la decena de granjas que se encuentran en el radio de un kilómetro a la redonda de la explotación infectada.

Sin embargo, consideró que si se acaba pronto con el foco, sólo será un hecho que tildó de “sustancial”. En la zona de restricción (diez kilómetros) se han prohibido los desplazamientos de aves de corral y cautivas, y de huevos para el consumo humano, además de los desplazamientos de estiércol, paja y despojos, entre otros. Según UP, la previsión es que el lunes 13 de febrero se autoricen las excepciones en relación con las medidas que permitirían la comercialización de huevos.Por su lado, el responsable del sector avícola de JARC, Lluís Oliver, confía que no haya repercusiones sobre el consumo de productos avícolas porque, dijo, es “imposible que llegue ningún producto al punto de venta que no esté en óptimas condiciones”.

Defendió que los avicultores son profesionales que han hecho importantes inversiones en bioseguridad pero alertó que las aves salvajes son incontrolables y un riesgo para las explotaciones. Explicó además que el mes pasado JARC ya planteó a la conselleria de Acción Climática medidas para compensar el lucro cesante de los ganaderos en caso de vaciados sanitarios forzosos por la gripe aviar. Afirmó que las indemnizaciones por los sacrificios se abonan a la integradora (dueña de las aves) y el ganadero solo cobrará compensaciones en caso de haber contratado un seguro o si la integradora opta por compensarle.

Por su parte, el presidente de la Federación Avícola Catalana, Joan Anton Rafeques, admitió que están preocupados desde hace tiempo porque la gripe aviar está extendida por toda Europa con casos muy graves en Inglaterra y Francia. Recordó que en Catalunya no había habido ningún foco desde 2017, pero sabían que “era inminente” que se produjera algún caso y ya estaban trabajando con el departamento de Acción Climática para hacerle frente.Entre las medidas puestas en marcha tras la declaración del foco de Arbeca se encuentra la prohibición de cazar aves silvestres en un radio de 10 kilómetros y se mantienen los niveles de vigilancia en aves salvajes mediante el Cuerpo de Agentes Rurales (CAR)

Entre las medidas preventivas se encuentra el veto de caza de aves hasta a 10 kilómetros del foco

El mes pasado se detectó un caso de gripe aviar en una granja de visones americanos en Galicia, lo que hizo saltar las alarmas de los investigadores, que consideran que los mamíferos se infectaron de aves silvestres.En el mes de octubre del año pasado se detectó el primer caso de gripe aviar en humanos, concretamente en un trabajador de una granja avícola de Fintanar, Guadalajara. Semanas después se detectó un segundo infectado, aunque ambos eran asintomáticos.

Primera granja de Lleida infectada en 10 años, pero casos en cigüeñas

El único caso hasta ahora de gripe aviar en una granja en Lleida databa de mayo de 2013, cuando se detectó el virus en una explotación de Gimenells. Fue también el primer caso de gripe aviar en Catalunya, en concreto del virus influenzaA, subtipo H7N1, de baja patogenicidad (virulencia) y que no representaba riesgo para la salud humana. El último en Catalunya se declaró en marzo de 2017 en una explotación de Sant Gregori, en el Gironès.

En el caso de Gimenells, el veterinario que trabajaba para la explotación detectó la enfermedad en los animales, que presentaban falta de apetito, tenían diarreay la puesta de las gallinas se había reducido en un 30%. El 17 de mayo se procedió al sacrificio de todos sus animales(12.000 gallinas y unos 1.000gallos, según datos de la entonces conselleria de Agricultura), así como los huevos para incubación (150.000) y cualquier material que no se pudiera desinfectar, como el pienso. Además se estableció una zona de seguridad de un kilómetro a la redonda de la explotación, donde se procedió a la inmovilización de avesque se levantó un mes despuéssin nuevos casos.Pero Lleida sí ha venido registrando focos de gripe aviar en animales salvajes.

El año pasado se detectaron tres focos en Lleida, Soses y La Seu d’Urgell en fauna salvaje

En concreto, el año pasado se detectaron tres en Soses, Lleida y La Seu d’Urgell. En las dos primeras localizaciones se trató de sendas cigüeñas, mientras que en la capital del Alt Urgell fue un halcón, según los datos de la conselleria de Acción Climática. Pero en cada foco acabaron muriendo más de un animal.

En Catalunya se sumaron cinco casos más en Castelló d’Empuries, dos en Barcelona y uno en Cardedeu y el último declarado oficialmente en Montornès del Vallès. En total en Catalunya fueron 12 los focos declarados por fauna salvaje y 21 los animales muertos. Los Agentes Rurales mantienen los niveles de vigilancia sobre la fauna salvaje para intentar tener la enfermedad bajo control.

El año pasado, por ejemplo, tras el foco declarado en Soses, extremaron la precaución en los humedales, con drones y lanchas para vigilar las aguas y también con prismáticos para controlar las aves desde tierra.

Un caso de “vaca loca” detectado en Pontevedra

El Laboratorio Central de Veterinaria de Algete ha confirmado un caso de encefalopatía espongiforme bovina, conocido popularmente como vaca loca, en un animal de una granja de Pontevedra. La provincia de Lleida registró el último caso de esta enfermedad en Llobera en abril de 2008 y desde junio del año 2010 no se ha declarado ninguno en Catalunya, con la detección de uno en una explotación de Vic.

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