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La resurrección de Ofelia

La leridana Yolanda Sebé hace trece años que se dedica al mundo de la fotografía, pero nunca lo había trabajado como expresión creativa. Un encargo muy especial la convirtió Violant, una artista que acaba de ver expuesta su particular versión d''Ofelia’ en Milán. Es sólo el principio. Violando ha venido para quedarse.

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Me quiero hacer unas fotos... diferentes”. El corazón se le aceleró. La cabeza le iba a mil por hora. Tenía delante suyo una cliente que lo empujaba a dar el paso adelante que siempre había querido hacer. Porque en el interior de la fotógrafa leridana Yolanda Sebé siempre había habitado allí Violant, su parte más creativa. “Enseguida tuve claro qué quería hacer. Era una chica muy inspiradora, con el pelo rojo y el cuerpo muy tatuado.” No era una modelo profesional y no estaba convencida de que se prestara, pero le preguntó: ¿“algún problema en hacer un desnudo”? Ni uno. Te querría fotografiar dentro del agua.” Libertad absoluta. Yolanda Sebé se dejó llevar. Visualizó uno de los cuadros más icónicos que se exponen en la Tate, la Ofelia de Millais. Esta obra maestra del prerrafaelismo muestra el momento en que Ofelia, uno de los personajes del Hamlet de Shakespeare, canta en un río antes de ahogarse. “No quería repetir el cuadro, fue el punto de partida.” A Yolanda Sebé siempre le ha interesado mucho el mundo del arte. “Pero no sentía que formara parte”, dice con un punto de timidez.

Quedó muy contenta con el resultado de las fotos y llevó una a enmarcar. La sorpresa fue que el emmarcador, y a la vez artista, Josep Maria Alarcón le propuso participar en una exposición colectiva a Milán con su versión de Ofelia. “fue un impacto”, asegura. “Y de repente me di cuenta de que tenía que separar el trabajo como fotógrafa social de esta parte más creativa que surgió con Ofelia y que quería seguir explorando.” I se convirtió en Violant. “Alguien puede pensar que me beneficia haber participado en una exposición internacional. Quizás sí, pero yo creo que me suma y me resta. También puedo asustar a los clientes potenciales con fotos que no todo el mundo está dispuesto a hacerse.”

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Y Violando llegó para quedarse. “Supongo que siempre lo había llevado dentro, que la tenía muy escondida.” Ofelia, lejos de ahogarse, hizo aflorar a la superficie una artista que tiene muchas ganas de hacer cosas. Hasta entonces, esta vertiente más creativa la reservaba para la publicidad. Había hecho colaboraciones con SopaGraphics “muy estimulantes”. Había participado en el último cartel de FiraTàrrega, en el del festival de músicas dispersas MUD... “Te lo pasas muy bien participante en el proceso creativo. Tienes una libertad que el reportaje social no te da.”

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Un día, Violant se le apareció en un piso vacío de Barcelona. “En este caso, la inspiración me llegó por la localización. Aquella casa me transportaba a la obra de Hopper.” Llamó a su amiga Aida Flix, actriz. “Normalmente, no trabajo con modelos. No busco una interpretación, sino captar la personalidad de quien fotografío, pero sabía que lo Aida funcionaría perfectamente.” No reprodujeron ninguna obra. De hecho, huyó de los colores intensos de Hopper y apostó por unos tonos suaves, luminosos. Y, a la vez, las fotografías tienen la atmósfera misteriosa del neoyorquino y la actriz de Torrebesses transmite la actitud solitaria y melancólica de las protagonistas de la obra de Hopper. Pero, a pesar de todo, no se siente artista. ¿“Artista, yo? Se tiene que ser humilde. Hago proyectos creativos, personales, experimento.... Violant me permite hacer cosas nuevas, pero de aquí a ser artista hay mucho camino para recorrer.”

YOLANDA SEBÉ, fotógrafa “Me aburren las fotos de moda: no busco la belleza” Millais hizo flotar a Elizabeth Siddal en una bañera en pleno invierno para pintar su mítica ‘Ofelia’. ¿Cómo lo hizo, Usted? ¡Pues también fue bastante complicado! No me gusta retocar mucho las fotos. Intervengo el mínimo, así que buscamos una piscina de torre, sin agua clorada, y, simplemente, añadimos hojas y flores. La pobre Ofelia se pasó una hora en el agua sucia. Dice que no le gusta trabajar con modelos. ¿Ni siquiera cuándo hace carteles publicitarios? Un día vi una chica por la calle tan estilosa que la seguí. Me gustaba su manera de andar. Acababa de salir de una reunión para hacer el cartel del Mud y, enseguida lo tuve claro: ¡es ella! Entró en una cafetería y yo me senté en su mesa. No la quería asustar. Le dije que no me tenía que responder inmediatamente. Que se lo pensara, que se informara sobre mí y que, si le apetecía me dijera alguna cosa. Ella ni siquiera me dio el teléfono, pero supongo que entró a mi web y, pocos días después me hizo un mensaje de Facebook diciendo que aceptaba hacer de modelo. No me equivoqué. ¡Era la imagen del Mud! ¿Pero cómo sabía que sería fotogénica? Es un riesgo, cierto. Pero no busco la perfección. No me interesa la belleza sin más. Una foto bonita, sin actitud, no transmite. Yo necesito un concepto, decir alguna cosa. Y esta chica, con su manera de andar, me había transmitido el mensaje que yo quería explicar. Sólo tenía que ser ella. No tenía que actuar, ni lo teníamos que cambiar. Simplemente, la maquillamos y le acentuamos los rizos para dar más fuerza en la imagen. Parece que la publicidad es el punto equidistante entre Yolanda Sebé fotógrafa social y la Violant más artista. Es cierto, pero porque he hecho proyectos muy creativos en que me han dado mucha libertad. A mí la fotografía de moda, por ejemplo, me aburriría mucho. Mi Ofelia tiene una hoja en el brazo que muchos fotógrafos habrían sacado con Photoshop. A mí no me molesta.

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