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Así ha cambiado la rambla Ferran de Lleida: de los edificios históricos del siglo XIX a la futura reforma

De ser uno de los espacios más emblemáticos de Lleida a buscar su definición con nuevos espacios culturales y una reforma que cambiará cómo se mueven los leridanos

Así será la nueva rambla Ferran de Lleida: aceras más anchas y menos carriles para vehículos

Así ha cambiado la rambla Ferran de Lleida

Lleida

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La rambla Ferran de Lleida es uno espacios con más movimiento en el día a día de la ciudad. A pesar de ser hoy todavía un centro neurálgico de negocios, con oficinas de todos los tipos y toda una hilera de negocios asociados que van de floristerías a bares y algún restaurante, todavía más lo fue años atrás, antes de que la crisis económica del 2008 se lo llevara todo, y empezara la escalada de cierre de oficinas bancarias. Y todavía más lucía cuando los dos quioscos, hoy desaparecidos, venían diarios y revistas y un poco de todo a quien se acercara. Estos no volverán. Eso si, algunos domingos hay mercadillos de segunda mano, y Lleida ha encontrado en la rambla un lugar perfecto para celebrar el Sant Jordi.

De los locales llenos pasamos a los locales cerrados por la crisis y los cambios de modelos económicos. Poco a poco nuevos negocios se han implantado en la rambla -alguno emblemático como la sede nueva de Pimec-, pero todavía quedan para llenar. Sólo en la rambla Ferran hay, según la Paeria, 15 locales vacíos. Equivalen al 7% de todos los locales de la rambla. Y tiene que sumarse los tres terrenos vacíos, que Promoción Económica busca llenar. Se tendrá que sumar también el derribo de la antigua tienda Mestre de la rambla, tocando a la estación.

De toda la vida habida y por haber, debemos contar con el impulso que le dará el Museu Morera, abierto y con sede oficial y definitiva después de vagar de un sitio a otro durante años. Y otro impulso que le dará también la reforma que la Paeria de Lleida quiere hacerle para este año. Un lavado de cara que será también un cambio de modelo, pensado sobre todo para los peatones y las bicicletas, con más árboles, bancos, farolas y una acera más ancha más y necesaria en lugares donde a veces no pasan dos personas de lado.

A destacar las ampliaciones que ha ido haciendo la Diputación de Lleida a lo largo de los años, la central de Correos en la ciudad, y la Audiencia (hoy el Morera).

El origen de la rambla Ferran

La rambla de Ferran, o fernando, como la llaman algunos leridanos, se urbanizó a finales del siglo XVIII pero no fue hasta 1861, con el derribo de las murallas y la consecuente conexión con el resto de la ciudad, que empieza a convertirse en una arteria importante de Lleida. Y así se alargaba hasta lo que hoy es la estación de trenes. El año 1960 se hizo la última pavimentación, que eliminaba los adoquines y los grandes árboles para dejar paso a los vehículos.

La rambla está dedicada al rey Fernando VII, el Deseado y el Felón (traidor, malvado, infame, no lo decimos nosotros, sino la RAE), en honor a la visita que hizo en la ciudad.

Hoy es un paseo catalogado y protegido como Bien Cultural de Interés Local. La Wikipedia nos recuerda que acoge edificios novecentistas y modernistas, con edificios que, cuando los árboles lo permiten, hay que pararse a mirar. De hecho, el Lectura hizo un reportaje, premiado.

El año 1860, justo al inicio de las obras, la rambla era una explanada de árboles que dejaba atrás el baluarte y las murallas. Todo eso eran campos. Y tenía una puerta monumental de entrada. Según explica e ilustra el blog de historia de Lleida Cuál la hacemos, con fotos de Charles Clifford, había una puerta de entrada a todo este entorno, un arco votivo con el texto VOTO PÚBLICO SIEMPRE ESPAÑOLES.

Arco votivo en la entrada de la rambla primigenia. CHARLES CLIFFORD

Imagen del portalón en la rambla Ferran de LleidaSEGRE

Edificios históricos y monumentales

Lo explicaba Roser Banyeres al reportaje publicado al Lectura. la rambla Ferran está llena de edificios impotentes que, cuando se podan los árboles, se dejan ver en su esplendor. Banyeres daba un repaso:

Entre los edificios históricos está la remodelada Casa Montull, de estilo novecentista, en el número 37, que hace esquina con la calle Democràcia e inscrita como Bien Cultural de Interés Local (BCIL). Construida al primer tercio del siglo XX, su observación atenta permite ver cómo la terraza cuenta con dos templetes circulares descubiertos, que permiten soñar con tranquilos, relajados, cenas de verano a la luz de la luna y al fresco. Les barandillas de hierro forjado de los enormes ventanales de la tribuna y de los balcones son otras de los atractivos del edificio, además de un buen número de elementos decorativos en diferentes lugares de la fachada.

Casa Montull, en una imagenRAFA ARINYO

La antigua casa Cross, al lado del edificio del Banco de Bilbao, un espacio que décadas hacia atrás ocupaba la bella Casa Mangrané, obsequia al transeúnte con una fachada en que destaca una tribuna de tres pisos con columnas y capiteles jónicos que acaba más arriba en una terraza e iniciales grabadas en piedra que recuerdan que la Sociedad Anónima Cross fue fundada por Francesc Cros, que fue quien encargó la construcción. Edificio declarado también Bien Cultural de Interés Local, la forja de las barandillas de sus balcones son también dignos de admirar.

Casa Cross de LleidaRAFA ARINYO

La casa Pluvins, en el número 47, es obra de Francesc Morera i Gatell y BCIL desde hace casi dos décadas. Según remarca Frederic Vilà en su libro Morera: ¿arquitecto modernista? (1982), destaca el “ritmo modulado de puertas haciendo de zócalo a la planta baja marcada por una balustrada corrida”. Aunque el hierro forjado es el elemento característico de la puerta, el resto de la fachada de poca altura pero con una importante tribuna está decorado con elementos vegetales y ménsulas elaborados picados en la misma fachada.

Casa Pluvins, LleidaWIKIMEDIA

Ya sea por las medidas o por el color que contrasta con todas sus vecinas, la sede central de la Diputación de Lleida, edificada encima de lo que había estado el Hospital del Sant Esperit destruido por la Guerra de Sucesión y después de que fracasara la idea de reconstruir el centro sanitario como un hospicio (1789-1795), presenta las fantásticas pinturas murales de Josep Minguell, que también se extienden a la escalera interior. En 1898 se inauguró la remodelación encargada a Celestí Capmany, pero desde entonces se han sucedido las obras de reforma, una de las más importantes durante la posguerra, en el marco de las actuaciones de Regiones Devastadas.

Diputación de Lleida

Ahora bien, uno de los edificios modernistas más característicos de la rambla de Ferran es la llamada Casa Florensa, en la esquina de la Bajada de la Trinitat. Construida en 1905, es obra de Josep Florensa. Aunque conserva la fachada y los forjados –algunos acaracolados con sus trabajadas ménsulas–, las balconadas, ventanas y balcones, el interior está totalmente remodelado, para acoger pisos y despachos. De hecho, la singularidad del edificio propició que la rehabilitación durara bastante tiempo.

Casa Florensa, LleidaRAFA ARINYO

No muy lejos, la actual subdelegación del Gobierno central llama la atención, aunque el hecho de que sea un edificio exento y de enormes dimensiones precedido por una plaza permite que el arbolado no lo “esconda” durante el resto del año. Se trata de un edificio de estilo neoclásico que también está incluido dentro de la categoría de Bien Cultural de Interés Local. Compuesto por una planta baja y tres pisos, toda la fachada en planta baja está revestida de hilados de piedra y un acceso con balconada y columnas. El 28 de septiembre de 1955 lo inauguró el general Franco. Aunque es un edificio de oficinas, también tiene un espacio habilitado como hogar familiar dónde hasta hace poco se trasladaban a vivir a los subdelegados en Lleida del Gobierno central, aunque hoy en día no es el caso.

Subdelegación del Gobierno central, Lleida

Estos son sólo unos pocos ejemplos de los “tesoros ocultos” o más bien que probablemente pasan desapercibidos por la mayoría de nosotros en el trasiego diario andando por Ferran (y la vecina avenida Francesc Macià).

La gran riada de 1982, imagen icónica de SEGRE

Los días 7 y 8 de noviembre de 1982 se desbordaron el Segre, la Noguera Pallaresa y la Ribagorçana, el Flamisell, el Cinca, el Garona y el Nere. La tragedia se ensañó con el Principado de Andorra, donde se contabilizaron doce muertos y dos desaparecidos –tres de ellos por una explosión en una planta de gas en la Massana–, y en el Pont de Bar, población del Alt Urgell que fue literalmente arrasada por el agua y volvió a reconstruirse seis años después en un punto más elevado a 800 metros del emplazamiento original.

Pero la destrucción llegó a todas las poblaciones bañadas por el Segre o alguno de sus afluentes, como Lleida, Balaguer o Fraga. Las pérdidas en la demarcación se cifraron en más de 45.000 millones de pesetas de la época, y muchos lugares fueron declarados zonas catastróficas.

El día 8 la riada llegó a Lleida. El agua dejó dos grandes hoyos, uno en la rambla Ferran, donde se produjo también un escape de gas, afortunadamente sin consecuencias, y otro en la avenida Blondel.

Los periodistas del SEGRE saliendo en barca de la primera sede del periódico, en la misma rambla, es una imagen icónica de aquella riada.

Los periodistas de SEGRE tuvieron que salir en barca de la redacciónSEGRE

Más imágenes históricas de la rambla Ferran

La fuente de Cabrinety de día, con las palmeras que tenía a la izquierda. Vía Cuál la hacemosUsuario

Vista de la Rambla Ferran de Lleida inundada.

Vista de la Rambla Ferran de Lleida inundada.

Vista de la Rambla Ferran de Lleida inundada.

Vista de la Rambla Ferran de Lleida inundada.

Vista de la Rambla Ferran de Lleida inundada.

Vista de la Rambla Ferran de Lleida inundada.

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