ANIVERSARIO
Sopa de letras a la leridana
Los partidos catalanes coparon tras la muerte de Franco militancia y representación. El primer partido local de los 31 registrados en 45 años, la JRL, sería legalizado en 1979

Proximidad. Una pareja de policías habla con los líderes de una protesta vecinal mientras los rodea el resto de manifestantes. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

Proximidad. Una pareja de policías habla con los líderes de una protesta vecinal mientras los rodea el resto de manifestantes. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

Franco ha muerto. Desde que se imprimió el mítico titular ha amanecido 18.259 veces. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

Lucha vecinal. Los vecinos de Balàfia lucharon durante años por el soterramiento de las vías del ferrocarril en Lleida. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

El Clot. La lucha vecinal por salvar de la especulación lo que hoy es la plaza del Clot arreció tras la muerte de Franco. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

Los nombres. La calle General Brito de Lleida, que hoy confluye con Rambla Ferran, se cruzaba en 1975 con la avenida del Generalísimo. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

Juego y conciliación. Varios niños juegan junto a la fuente del IEI en pleno verano bajo el cuidado de sus abuelos, que reposan en los bancos. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

Evolución. La avenida de Madrid en 1975, veinte años antes de canalizar el Segre. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

Costumbres. Las tertulias del banc del sinofós eran habituales en los años 70. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

Prioridades. El tinglado de los peajes se colocó antes de que estuviera terminada la infraestructura de la autopista, en 1975. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

Las pintadas. Eran una forma habitual de expresar críticas y denuncias. Era más frecuente su tachado que su borrado. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

Conservación. Este era el estado del campanario de la Seu Vella hace 50 años. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

La noche. Actuación en el Assoc, uno de los pubs de mayor tradición de Lleida. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

La huerta urbanizable. Estos terrenos de la zona oriental del término de Lleida acogerían la expansion urbanística de la ciudad. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

Transporte público. Una flota de autocares de la marca Pegaso cubría el servicio de autobús urbano de la capital. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

Festa Major. El urbano que regulaba el tráfico frente a la estatua de Indíbil i Mandoni dirige la salida de los Gegants hacia las Firetes. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

Tradición. Concurrido mercado de venta de flores en la Rambla Ferran en vísperas del Día de los Difuntos de 1975. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

Ronda. Dos agentes de la Policía hacen indicaciones a los dos jóvenes que regentan un bar. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

Transición. A Miquel Montaña, último alcalde franquista de Lleida, le sucedió en 1976 Ernest Corbella. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

El coche. La inadaptación entre coche y ciudad resulta patente desde que el uso del primero se popularizó a partir de los 60. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

Violencia. La librería L’Àncora sufrió dos ataques incendiarios ultras en los años 70. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

Vigilancia. Dos ‘grises’ de patrulla en el inicio de la calle Cavallers de Lleida. - FONS GÓMEZ VIDAL/ARXIU FOTOGRÀFIC IEI
La falta de referentes colectivos y la ausencia de cohesión social que se legitimaron durante la dictadura fueron los elementos primordiales que definieron la apertura al proceso de transición política en las comarcas de la Catalunya occidental”, sostiene Antonieta Jarne, historiadora de la UdL, quien llama la atención sobre otros dos rasgos fundamentales: “la suma desarticulada de realidades” que fue el antifranquismo en Ponent y “la inexistencia de un proyecto global en la lucha contra el régimen”.
Cuatro organizaciones aglutinaban, de forma abierta desde 1971, la oposición política al franquismo en Ponent: el PSUC, la más activa y de mayor implantación desde los años 60, con CCOO de correa sindical y toma de tierra social; el Bloc Popular de les Terres de Lleida, socialdemócrata y que se transformaría en Reagrupament, y los futuros socios en CiU, CDC y la democristiana UDC.
La consolidación de esos grupos y la fugaz Assemblea de les Terres de Lleida oxigenaron al antifranquismo y facilitaron la experiencia de la Coalición Democrática, que en 1971 presentó, aunque sin éxito, al abogado Joaquím Arana, que ocho años después integraría la Comissió dels Vint que preparó el texto inicial del Estatut, y a Joan Besa en las elecciones a las Cortes franquistas por el Tercio de Familia, a las que también concurrió el letrado Simeó Miquel. Tampoco fructificó el intento de acceder al ayuntamiento de la capital dos años después.
A partir de ahí, los partidos catalanes y estatales coparían la actividad política, tan escasa en el ámbito local que la primera organización leridana, la JRL (Joventut Republicana de Lleida), heredera entonces de la que dirigieron Humbert Torres y Alfred Perenya e integrada hoy en Junts, no sería legalizada hasta el 27 de abril de 1979, tras las primeras municipales democráticas. La política leridana no cocinó su sopa de letras, que es como se conocía la eclosión de siglas de la Transición.
Antes, en 1977, se celebraron las primeras elecciones libres desde 1936. La lista más votada en Lleida fue la de Pacte Democràtic per Catalunya, integrada por CDC, ERC, Front Nacional y PSC-Reagrupament, que se llevó dos escaños, uno para Arana y otro, por un resto de 34 papeletas sobre el PSUC, para Josep Pau, con UP y el PSC como referencias. UCD colocó a Manuel de Sárraga y el PSOE a Felip Lorda.
De abril de 1979 a julio de 2024, cuando se inscribe Som Vall Fosca, con un concejal en La Torre de Capdella, se crearon 31 partidos en Lleida. Cinco de ellos, más el pallarés, tienen ahora ediles: Unitat d’Aran, Convergència Democràtica Aranesa, Compromís, Aran Amassa y el Comú de Lleida.