SANIDAD
Terapia con perros en el CAP para combatir la soledad no deseada
El de La Bordeta es pionero en esta técnica para mejorar el bienestar emocional de las personas mayores. Fue el primero del Estado en introducirlos en 2008

Usuarias y profesionales del CAP de La Bordeta durante una de las sesiones de terapia con perros. - ICS LLEIDA
El CAP de La Bordeta ha puesto en marcha un ensayo clínico aleatorizado con grupos reducidos de personas mayores que reciben terapia asistida con perros para combatir la soledad no deseada y mejorar su bienestar emocional. La iniciativa, llamada Potetes amb tu, se lleva a cabo en nueve sesiones semanales de una hora y media en las que se combinan actividades de gestión emocional, relajación, autoestima, ejercicio terapéutico y educación para la salud con la presencia de varios perros de intervención de la asociación Ilerkan.
“Una de las actividades que hemos hecho es la cesta de emociones: el perro trae una cesta con tarjetas que dicen ‘contento’, ‘amenazado’ o ‘tranquilo’, y las relacionamos con emociones como el miedo, la rabia o la alegría”, explica la investigadora principal del proyecto, Maylos Rodrigo.
“Es una forma muy natural de abrir conversaciones y ayudar a las personas a identificar cómo se sienten”, valora la doctora. “Con este proyecto se fomentan la participación y la confianza, y el animal se convierte en un puente que facilita la conexión con el grupo y con uno mismo”, añade.
Las participantes destacan el efecto transformador de las sesiones, que están dirigidas por psicólogos, fisioterapeutas, trabajadores sociales, enfermeras y profesionales de la higiene dental, según las necesidades de cada grupo. “Este rato me permite hablar con personas y sentirme acompañada”, explica una usuaria. Asimismo, otra destaca que “los perros transmiten una alegría y una paz que no sé explicar”, lo recomendaría a todo el mundo”.
Potetes amb tu forma parte de la línea de investigación de la Atención Primaria de Lleida en intervenciones asistidas con animales. El CAP de la Bordeta fue el primero del Estado en introducir estas terapias en 2008, para la población geriátrica, y diez años más tarde inició un proyecto dirigido a reducir la ansiedad y miedo de los niños de tres a ocho años durante extracciones de sangre o dientes. Tras los buenos resultados de la prueba piloto, este proyecto llamado Extra-Can se amplió a los centros de Primer de Maig, Balàfia y Onze de Setembre, en los que se mantiene actualmente.