Los jueces del Supremo buscan una difícil unanimidad en la sentencia

Los magistrados de la Sala del Tribunal Supremo presidida por Manuel Marchena ultiman la sentencia del juicio del procés, que acabó hace ya casi cuatro meses y que sentó en el banquillo a doce líderes independentistas, nueve de los cuales siguen en prisión preventiva. Precisamente Jordi Sànchez y Jordi Cuixart cumplirían dos años el día 16 y todo hace indicar que la sentencia se hará pública antes de esta fecha, para evitar una posible prórroga de la prisión preventiva. Marchena busca la unanimidad en la sentencia y en las posibles penas a los acusados, algo que de momento se presenta difícil. Una de las posibles claves en la caso de condena es si se considera que incurrieron en un delito de rebelión, teoría de la Fiscalía, o en un hipotético caso de sedición, como opinaba la Abogacía del Estado, frente a las defensas unánimes reclamando la absolución. Algunas fuentes apunta que la sentencia podría considerar que el caso del 1-O se trataría de una conspiración, bien para la rebelión o para la sedición. Lo único que está claro es que los magistrados mantienen “intensas deliberaciones”, según fuentes del Supremo, obsesionado con que no haya filtraciones de las mismas, mientras los jueces debaten sobre el esbozo de fallo judicial que habría presentado Marchena. De hecho, no se sabe ni la fecha en que se conocerá, que de no materializarse esta misma semana se baraja que pueda hacerse pública el lunes, día 14.

Francesc Homs, coordinador de las defensas de Joaquim Forn, Jordi Turull y Josep Rull en el juicio, ha revelado que ya tienen preparado el recurso. Asegura que el independentismo catalán “no merece ningún reproche penal” porque, remarcó, “con la ley en la mano no existe sentencia alternativa a la libre absolución”.

La jueza dice que trabajó “de forma intensa en el diseño de las llamadas estructuras de Estado”

Los jueces podrían rebajar los hipotéticos delitos a conspiración para la rebelión o la sedición

En este contexto, Manuel Marchena ha presentado su candidatura para presidir de nuevo la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, órgano que ha encabezado durante cinco años y que ultima ahora la sentencia del juicio del procés.