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Piden prisión permanente revisable para un hombre por dejar morir a su mujer en Viladecans y grabar la agonía

Piden prisión permanente revisable paraun hombre para dejar morir a su mujer de diabetes en Viladecans y grabarla agonía

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La fiscalía y la acusación particular piden la prisión permanente revisable para un hombre que grabó a su pareja sin ayudarla mientras moría agonizante durante horas por una subida de azúcar provocada por la diabetes.

Los hechos tuvieron lugar en junio del 2019 en el piso de la mujer, en Viladecans. El hombre ya había agredido la mujer otras veces y esta, por vergüenza a mostrar las lesiones a amigos y familiares, le pidió ayuda cuándo sufrió una subida de azúcar. El hombre, también diabético, hizo ver que lo ayudaba, pero sólo la grabó y no avisó a los servicios de emergencias.

Según los escritos de las acusaciones, los cuales ha tenido acceso a la ACN, Mariano Daniel V.A., argentino de 49 años, empezó a salir con la víctima, S.C.J., de 42, en febrero o marzo del mismo año, y a menudo dormía en casa de ella.

Desde buen inicio el hombre se mostró celoso y posesivo, la controlaba, le recriminaba públicamente que hablara con otros hombres, la insultaba y montaba escándalos en público y privadamente muy a menudo.

De hecho, el 19 de abril el hombre la agredió en las costillas, y la mujer tuvo que ser atendida por el médico pero ocultando la verdadera causa de las lesiones. Pocos días después, el 26 de abril, el hombre la volvió a insultar y agredir. Finalmente, la noche del 14 al 15 de junio, los dos se discutieron en un bar de copas y él la empujó e insultar, la pegó en la cara y la parte superior del cuerpo, cosa que le provocó la inflamación los ojos y la cara.

Todo eso fue generando en la víctima un sentimiento de inferioridad y ambivalencia emocional respecto del acusado, y la hizo aislar a otras personas a quienes pedir ayuda. Tanto era el miedo a que tenía por su integridad física y de su hijo de 13 años, que pocas semanas antes de los hechos pidió al padre del niño que se lo llevara a vivir con ella Ciudad Real. Igualmente se bajó una aplicación para grabar conversaciones telefónicas en el móvil.

Un día después de la agresión en un bar, el 16 de junio, la víctima se sentía avergonzada por las señales evidentes de la agresión y sabía que buena parte de su entorno sospechaba del origen de las lesiones. Eso la hizo hundir anímica y físicamente. Dejó de ir a trabajar al bar que regentaba, se encerró en casa sin hablar con casi nadie y se despreocupó de su propia alimentación así como del cuidado adecuado de su diabetes tipo 1 que sufría desde hacía tiempo. También consumió cocaína.

La tarde del 17 de junio el deterioro físico progresivo empeoró. Cuando notó que estaba muy débil no quiso avisar a sus familiares por vergüenza que notaran las lesiones. Llamó varias veces el acusado, entre las 21.30 y las 22.45 horas para pedirle ayuda. Finalmente, el hombre fue al domicilio de la víctima hacia las 22.50 horas. El hombre, que también es diabético y había estudiado y trabajado en el ámbito de la odontología, notó rápidamente los síntomas de una subida de azúcar como un mareo generalizado, frecuencia respiratoria paulatinamente acelerada, con fatiga y profunda, falta de control de esfínteres, sudor, falta de articulación motora, dificultad para hablar y sed constante.

Las acusaciones consideran que entre las 22.50 y al menos las 3.39 de la madrugada asistió "impasible" a un deterioro evidente de la víctima, que se quedó sin fuerzas y después semiinconsciente. No hizo ni un control de azúcar con el glucómetro ni llamó a los siervas de emergencias. Finalmente, la hiperglucemia le provocó un fallo multiorgánico y la muerte.

Durante cinco horas el hombre habría constatado el gran sufrimiento y malestar que sufría la mujer, que le suplicaba varias formas de ayuda. El hombre, previendo la muerte de la mujer y que la policía la investigaria, intento "construirse una coartada".

Entre las 23.42 y las 3.39 horas, sin el consentimiento ni asentimiento de la víctima, y "con absoluta desconsideración al respeto de su intimidad", el acusado grabó con su móvil 15 fragmentos de vídeo, "convenientemente seleccionados", donde aparentemente se observa el acusado dispuesto a ayudar a la víctima, aunque era "inocua" o no se materializaba en lo que el acusado sabía que podía revertir fácilmente la situación.

En los vídeos se puede ver la cara y el cuerpo de la víctima cada vez más débil, pidiendo ayuda, desnuda y prácticamente decaída.Por la mañana siguiente de los hechos el hombre fue en un taller mecánico de coches y después fue a explicar la muerte de la mujer a la policía. El individuo fue arrestado tres meses después, el 18 de septiembre, y desde entonces está en prisión preventiva.

La fiscalía y la acusación particular lo acusan de cuatro delitos de maltratos, a uno de maltrato habitual, uno contra la intimidad y uno de asesinato por omisión con ensañamiento y contra persona vulnerable en razón de enfermedad, con el agravante de motivación de género y parentesco.

Por todo eso, piden la prisión permanente revisable por el asesinato, más siete años de prisión y 17 años de prohibición de llevar armas por los delitos de maltrato, y cuatro años de prisión por el delito contra la intimidad. También le preguntan varios años de libertad vigilada y prohibición de aproximación o comunicación con el entorno de la víctima cuándo haya salido de prisión. Además, tendría que pagar 7.920 euros de multa y 710.000 euros de indemnización al hijo, la expareja, la madre y un hermano de la víctima.

Para el juicio con jurado popular que se tendrá que celebrar en la Audiencia de Barcelona, la fiscalía pide la declaración de testimonios como una conocida y la exmujer del acusado a quien este explicó los hechos, amigos de la víctima y el acusado que presenciaron los maltratos, un amigo del acusado que era con él cuando la víctima le pidió ayuda el día de la muerte, además del exmarido de la mujer y su hijo, entre otros.

También declararán peritos forenses sobre las causas de la muerte, el posible abuso sexual a la víctima, la ingesta de drogas por parte de los dos o un informe sobre salud mental del acusado. También se analizarán los vídeos grabados por el acusado y varios mensajes de móvil de la víctima y el agresor.

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