SEGRE

LA OPINIÓN DE LOS FUTUROS MAESTROS

La educación necesita mejorar

Seis alumnos de diferentes grados de Educación de la UdL creen que la profesión está infravalorada, ven desmotivados a los escolares y piden no cambiar tanto las leyes educativas

Estudiants de diferents titulacions d’Educació de la Universitat de Lleida, en una aula de la facultat.

Estudiantes de diferentes titulaciones de Educación de la Universitat de Lleida, en una aula de la facultad. - AMADO FORROLLA

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Los futuros maestros creen que el sistema educativo necesita mejorar, que los alumnos en general están desmotivados y dispersos, que muchas veces la familia delega toda la educación a la escuela, aunque al mismo tiempo se ha perdido el respeto por los maestros, y que los gobiernos cambian las leyes educativas antes de que se puedan aplicar del todo. No obstante, se reafirman en su decisión vocacional de dedicarse a la docencia y esperan poder contribuir de alguna manera a cambiar las cosas. Estas son las principales conclusiones de las reflexiones de Sergio Leigue, Ares Martínez, Pau Sánchez, Diana Fagadar, Berta Montanyà y Maria Callau, un grupo de estudiantes de últimos cursos de diferentes grados de Educación de la Universitat de Lleida, que ya tienen expriencia en las aula.

Pese a su juventud, ven una clara diferencia entre los escolares de ahora y ellos mismos cuando iban al colegio. Atribuyen la bajada del nivel, que quedó reflejada en el último informe PISA, “al déficit de atención en las clases por la tecnología y las redes sociales”. “Estamos delante de un alumnado de la sociedad de la inmediatez, que tiene tanto acceso a las redes y a internet, que no tiene la capacidad de saber esperar”, remarcan. Consideran también que el nivel de exigencia ha disminuido y lamentan que no haya prácticamente deberes. “Nosotros teníamos mucho trabajo en casa, exámanes, las notas eran un número y ahora está prohibido suspender o poner un cero. El nivel es tan light que ya ni se esfuerzan”, apuntan. Añaden que “la conciliación familiar también influye en los resultados”. Una de las futuras maestras explica que en Quebec, donde se ha formado en parte, “cuando los niños salen de la escuela los padres ya están en casa” y defiende que “las políticas deben favorecer este vínculo”. También reclaman que las leyes educativas no cambien contantemente (ver desglose).

Asimismo, indican que parece que los docentes “no han sabido encontrar el foco para que el alumno quiera aprender”. “Ese es nuestro reto. No tanto innovar en la escuela en el sentido de usar tecnología, sino recursos para captar su atención. Es muy importante buscar los intereses de los alumnos. Un maestro no podrá conseguir que esto cambie, pero es importante y como docentes, que si cada uno hace su parte, será más fácil”, argumentan. En este sentido, reconocen que al principio creían que en la facultad les darían “una receta mágica de cómo abordar las situciones en el aula”. “Tendremos que abordar cada situación en función de los alumnos que tengamos y a partir de la experiencia. Unas veces nos servirán unos recursos y metodologías y otras, otra. Como maestros, tenemos que aprender esta visión más holística y centrarnos no tanto como antes en los déficits o trastornos que tienen los alumnos sino en hacer un cambio de contexto para reducir las barreras en el acceso al aprendizaje”, explican, y ponen de manifiesto la dificutad de estar pendientes de las capacidades de cada alumno, cuando son 25 o 30 por clase”.Creen que la sociedad delega cada más en la escuela mientras que, al mismo tiempo, se ha perdido respeto por la figura del maestro. “Antes lo que decía el maestro iba a misa y ahora creen que saben más que tú”, relatan. “A veces las familias creen que su hijo es ideal, pero muchas veces a nivel de normas no las tienen demasiado marcadas desde casa”, apostillan, y apuestan por “establecer una manera de trabajar de las escuelas que sea atractiva para las familias, no involucrarlos solo en las tutorías, sino que formen parte activa de la escuela. Que se impliquen y sean conscientes del trabajo que hay detrás”. Además, recalcan que “la labor educativa no debe recaer solo en los maestros, hay otros agentes educativos como las familias, las extraescolares, el barrio, la biblioteca y otros servicios”.Por todo ello, subrayan que “la docencia es un trabajo que está infravalorado”. “Tenemos que saber mucho y de muchas temáticas porque estamos formando a la sociedad del futuro. Desde el primer día nos dijeron que en este trabajo no se acaba nunca de estudiar, nos hemos de reciclar continuamente”, arguyen, y creen que “los padres no ven el trabajo que hacemos en casa”. Asimismo, afirman que no tienen dos meses reales de vacaciones en verano. “A principios de julio estamos cerrando actas, al final de agosto ya preparamos el curso. Y muchos profesores se dedican a formarse en vacaciones. Acaban siendo de un mes, como todo el mundo”, recalcan.

Piden que no se tomen decisiones desde el despacho, sin pisar un aula

Confiesan no saber quién está al frente de la conselleria de Educación, pero si ellos tuvieran responsabilidades de gobierno en este ámbito intentarían que quien tomara las decisiones no fuera desde un despacho, sin haber estado nunca en una clase. “Dicen que tenemos que dar un currículum concreto, pero no han estado en un aula”, indican. Tampoco les parecen correctas las características de las actuales pruebas de competencias básicas. Y, sobre todo, forzarían a que no cambiara la ley educativa cada vez que cambia el gobierno. “En los países nórdicos tienen muy claro que la educación va aparte de la política, da igual quién gobierna, se ponen de acuerdo porque es un bien común, no como aquí en Catalunya o en España”, señalan.

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