SANTA SEDE
Las diócesis de Lleida esperan que el nuevo papa siga la línea aperturista de Francisco
El arzobispo de Urgell y los obispos de Lleida y Solsona esperan que el nuevo papa explote a su manera el legado de Jorge Bergoglio. Los 133 cardenales electores reflexionan sobre el rumbo de la Iglesia

Las tareas que se están llevando a cabo en la Capilla Sixtina. - EFE
El arzobispo de Urgell y copríncipe episcopal de Andorra, Joan-Enric Vives, y los obispos de Lleida y Solsona, Salvador Giménez y Francisco Conesa, respectivamente, esperan que el nuevo papa, que resultará elegido en el cónclave que comenzará el próximo miércoles en el Vaticano, siga la línea de apertura del papa Francisco. Para Vives los que toca ahora es “ser fieles” al legado de Jorge Bergoglio, y se muestra convencido de que “los cardenales también sabrán recogerlo, pero buscando a una persona nueva que traerá una nueva experiencia, unas nuevas cualidades y también una nueva fuerza para sacar adelante a la Iglesia”. Para el obispo de Solsona hay muchas cosas en la vida de la Iglesia que llegaron con el papa Francisco y que ya no marcharán, como “la insistencia en ser una iglesia en salida, el tema de la sinodalidad, la misericordia como característica de toda la acción de la Iglesia o la mayor implicación del laicado –y especialmente de la mujer– en la vida y misión de la Iglesia”. Conesa asegura que “desearía que el nuevo papa, desde su propia sensibilidad, recogiese todo este extraordinario legado”. Al obispo de Solsona no le importa que el cónclave para elegir al nuevo santo padre sea rápido o largo, “sino que sea fruto de un discernimiento realizado en clima de plegaria y desde los criterios del Evangelio”. Con respecto a los candidatos a convertirse en papa prefiere no aventurarse. “No me atrevo a decir nombres, porque no sería prudente, porque conozco solo un poco a algunos candidatos”, remarca.
Por su parte, el obispo de Lleida, Salvador Giménez, confía en que con el nuevo papa la iglesia siga “ampliando el radio de acción del evangelio de Jesucristo”. Valora con agrado el papado de Francisco, del que recuerda sus intervenciones defendiendo salir de la autorreferencialidad para responder a los desafíos del presente. “La guerra, el hambre, los malos tratos y los abusos son problemas que aparecen y que el Papa, el que sea, tiene que afrontar, pero con la mirada de Jesucristo”, señala. El obispo coadjuntor de Urgell, Josep-Lluís Serrano, cree que el cónclave puede ser rápido y, en la misma línea que Giménez, dice que el elegido será “el que el Espíritu Santo escoja”.
Un total de 133 cardenales menores de 80 años participarán en el cónclave para elegir al 267º sucesor de Pedro. Según la Santa Sede, hay dos ausentes por motivos de salud, uno de ellos es el cardenal español Antonio Cañizares. Estos último días, los cardenales se encuentran debatiendo sobre el rumbo que debe tomar ahora la Iglesia.
La Capilla Sixtina se prepara para el cónclave, que se inicia el miércoles
El Vaticano avanzaba ayer en la preparación de la Capilla Sixtina para acoger el cónclave instalando las mesas y las estufas donde los cardenales quemarán sus votos con los que elegirán al sucesor del papa Francisco. Este comenzará el miércoles y tras cada votación saldrá humo por la chimenea, que fue instalada por los bomberos el pasado viernes. Si no se ha elegido ningún papa el humo será negro, de los contrario, la fumata saldrá blanca. Los trabajadores también están preparando los edificios que acogerán los 133 cardenales que participarán, la Casa Santa Marta y el Colegio Etíope, y blindando sus aledaños para garantizar su aislamiento. Y es que la legislación pontificia establece que los cardenales llamados a votar no pueden mantener contacto con personas del mundo exterior, mediante ningún medio, y el personal debe cerciorarse de que así sea.