Mamba forever

Estoy totalmente impactado y triste por la terrible pérdida de Kobe Bryant. La “mamba negra” nos ha dejado junto a su hija Gigi y otros acompañantes cuando iban a participar en un torneo de nuestro pasional y querido deporte del baloncesto. Todas las muertes son duras, trágicas e injustas pero algunas nos resultan casi imposibles de creer que puedan suceder y tan inesperadamente. Ha sido otro domingo negro en el que recordaremos para siempre a un campeón, a un atleta prodigioso con un talento sobrenatural y que jugaba al baloncesto como los ángeles, quizá por eso nos lo han reclamado en su firmamento de estrellas. Nos ha dejado un jugador único e irrepetible pero también nos ha abandonado una buena persona, enamorado del baloncesto, interesado por todo lo que sucedía dentro y fuera de su esfera. Hombre simpático y entrañable, educado y cariñoso, es inevitable por ello que todo el mundo lloremos su muerte y nos repitamos con incredulidad y rabia ¡Por qué ha tenido que suceder! Siempre fui de los Lakers y Kobe supuso un referente para muchísimos jugadores y entrenadores que únicamente queríamos divertirnos viendo jugar al basket como él solo sabía hacerlo. Una estrella nueva pide el balón en el cielo para empezar un nuevo partido. A nosotros nos quedarán sus recuerdos inolvidables y su leyenda que será para siempre.