Repugnancia: "Que el miedo cambie de bando"
Para las mujeres que conozco, y para ti también. El alcohol no es excusa. Mis llantos son de impotencia. Seamos conscientes: sigue pasando

Angiola Harry / Unsplash
“Parece mentira que todavía pasen estas cosas”, la respuesta más frecuente que he recibido al explicarlo. Parece más irónico, teniendo en cuenta que el suceso ha coincidido, por fechas, con los preparativos de las reivindicaciones del 25N.
El hecho: miércoles 19, 18.15 h, Paseo de Ronda 97. Entro en la panadería, pido, pago y salgo a la terraza. Me siento en una mesa y en la del lado, 3 individuos. Miro el móvil, oigo como gritan. Presto atención a la conversación: “le metiste el puño por el c****, no?!. “no le pegaste ni ahogaste”?. ¿“no le rompiste el ****? Lo tienes que hacer y comerte la mierda”!. Con asco, intento pasar desapercibida.
Finalmente, me interpelan. Uno dice: “Eso que hemos dicho, le tendrías que hacer a ella, le gustará.” Ríen, empiezan a asediarme. ¿Pienso a marcharse, pero por qué lo tengo que hacer yo? Siguen, los minutos pasan eternos. Paro de fingir que no los oigo y los miro con cara de asco. Giro la cabeza y veo al camarero en la puerta del local, plantado.
¿“Perdona, no has visto cuáles 3 perlas tenso aquí”?, le digo. ¿“Sí, y?” es su respuesta. Sólo puedo explicarle que me están diciendo cosas más que desagradables. Él, haciendo cara de no saber nada y con tono soberbio: “Quieres nada para beber o no?. Digo que no y se marcha.
Ellos ríen, siguen agrediéndome verbalmente: “pero qué?! Quieres follar o no?!. Huyo. Tendría que haber llamado al 112, según la Urbana, ahora no pueden hacer nada. He hablado con la responsable del negocio; asegura que tomará medidas y entiende que lo quiera exponer.
Y eso estoy haciendo. Para las mujeres que conozco, y para ti también. El alcohol no es excusa, la actuación del camarero es repugnante. Mis llantos son de impotencia. Seamos conscientes: sigue pasando. Tú no te tienes que marchar, ellos tienen que callar y avergonzarse. Que el miedo cambie de bando. Basta de violencia machista.