Alto voltaje musical

Me enteré entre bambalinas que, pocas horas antes de su concierto del Jazz Tardor, la magnífica cantante Shayna Steele se vio aquejada de una infección tremenda de garganta que ponía en seria duda su actuación junto a los Huntertones. El milagro in extremis lo obró un médico local, buen aficionado musical, que puso remedio farmacológico puntual a la situación, logrando que Steele observara la condición mínima necesaria para subirse al escenario. La verdad es que el público asistente ni se enteró, puesto que, más allá de restringir la cantante a dos sus intervenciones entre los instrumentales de sus compañeros, de las cuatro previstas, ni su presencia ni las cualidades vocales ofrecidas, fuerza y afinación, denotaron nada de lo ocurrido antes de empezar.

Así, pudimos disfrutar de un show de alto voltaje musical con unos Huntertones magníficos, donde destacaron el saxofonista Dan White y Chris Ott al trombón, en sus respectivas tareas solistas, quedando en un segundo término, aunque no menos importantes, el guitarrista Josh Hill y la base rítmica conformada por el bajista Adam DeAscentis y el drummer John Hubbell, cumpliendo todos a la perfección su labor de apoyo musical. El caso es que el show protagonizado por el combo de Brooklyn y su solista invitada divirtió y mucho al público que acudió a escucharlos, pues desplegaron un abanico jazzístico de muy imaginativa y energética sonoridad basado en Passport (2020), su más reciente trabajo discográfico hasta la fecha, que explica bien a las claras por qué grandes personalidades de diferentes géneros musicales –Stevie Wonder, Ed Sheeran, Smarky Puppy o Ricky Martin– los han solicitado para colaborar. El espectáculo vespertino fue de lo más entretenido, transitando diversos estilos, desde el soul al jazz pasando por el blues o el góspel, y un rhythm & bues de aires clásicos del que Steele es consumada especialista.