Escuchar para Liderar
(*) economista y doctoranda en educación, HRBP, Consultora EN educación, HRBP, Consultora en desarrollo de Talento y Liderazgo l CEO de TalensIA: Talento, Ciencia e Innovación
Tal vez no estés en el nivel de la dirección general o próximo a él. Pero tener claros tus objetivos desde el principio, enfocarte y pensar como un líder, implicará que cuando llegues al nivel que te permita tener control sobre el negocio, serás mucho más hábil y fuerte.
Para ello, es necesario comprender bien la misión general de la organización, entender qué hace y cómo lo hace. No necesitas saber exactamente cómo se desarrolla cada función, pero sí tener una visión global, conocer sus objetivos y su estrategia de mercado. De hecho, los clientes de una empresa tienen el poder de crearla o destruirla, así que primero y antes de cualquier otra cosa, asegúrate de centrarte en sus necesidades. Y finalmente, aprendizaje continuo, cuando algo salga mal, busca la lección y aprende de ella. Siempre habrá contratiempos en los negocios, pero lo importante es cómo te recuperas y aprendes de tus errores.
Según la revista Forbes, el 90 % de los milmillonarios estadounidenses más recientes son emprendedores autodidactas. La capacidad de aprender por uno mismo implica desarrollar el pensamiento crítico, una competencia que te va a servir para cuestionar lo establecido, ser creativo y encontrar soluciones diferentes a la competencia.
En este sentido, si retomamos la imperiosa necesidad de desarrollar la inteligencia emocional para ejercer un liderazgo que obtenga resultados superiores a la competencia, la escucha activa es una de sus competencias clave.
Escuchar es una habilidad esencial que te ayudará infinitamente a lo largo de tu carrera. Sin embargo, muy pocos saben hacerlo correctamente. La mayoría asume que implica oír palabras, pero no es simplemente eso. Necesitas observar el lenguaje corporal, atender al tono de voz, no interrumpir y evitar interpretar lo que se diga desde tu propio punto de vista. También requiere mirar las expresiones faciales de quien habla y confiar en tu intuición para comprender su significado.
Al prestar atención, no solo desarrollarás un vínculo más profundo con tu interlocutor, sino que también podrás leer entre líneas con precisión. A veces, las personas no transmiten exactamente lo que quieren decir, pero su lenguaje corporal las delata.
Puedes practicar la escucha activa. Por ejemplo, cuando te unas a un nuevo equipo o conozcas a nuevas personas, evita sentir la necesidad de hablar demasiado. Más bien, escucha y presta atención a lo que dicen los demás. Para ocupar un rol de liderazgo, es fundamental escuchar antes de hablar. Es posible que tus colaboradores no quieran decir exactamente lo que piensan de inmediato, pero al demostrar interés, te convertirás en un mejor líder.
Por supuesto, hay situaciones en las que es más difícil escuchar que en otras. En los desacuerdos, un buen líder debe tener la habilidad de manejar los conflictos. No es fácil, y es comprensible que desees que tus empleados intenten resolverlo por sí solos, pero ello no siempre es posible. Un líder es capaz de abordar un conflicto y encontrar una salida sin dañar la confianza y sin que nadie se sienta culpable o malinterpretado. Es vital evitar tomar partido y permitir que todas las partes tengan la oportunidad de expresarse.
Recuerda, escuchar no consiste solo en oír palabras, sino también en interpretar otros signos no verbales de manera efectiva. Las habilidades de comunicación a menudo se pasan por alto; asumimos que se trata solo de hablar, pero la capacidad de escuchar adecuadamente y hacer que las personas se percaten de ello es indispensable para consolidar tu liderazgo.