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BORJA ARRIZABALAGA*

Artículo 2: De CEO a CCO: el nuevo rol del líder como Chief Curiosity Officer

(*) Cofundador y Chief Business Officer de TalensIA HR, Ingeniero, Executive MBA y Consultor de Talento y HRBP | Array

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Te confieso algo: estoy cansado de líderes que creen que lo saben todo. Porque el mundo se mueve tan rápido que cualquier certeza tiene fecha de caducidad. Por eso, cada vez estoy más convencido de que el mejor rol que puede asumir un líder hoy no es el de CEO, ni el de visionario, ni el de rockstar... sino el de Chief Curiosity Officer. El que hace preguntas. El que no se conforma. El que quiere entender. Y el que contagia esas ganas de explorar a todo el equipo. Que no se limita a repetir lo que ya funcionó, sino que se pregunta constantemente: “¿Y si hay una forma mejor?”

Te pongo un ejemplo ilustrativo, que a mí me sirve mucho en mis sesiones de coaching con mis clientes. Una colega líder de una empresa tech me contaba que lo que más valoran de ella no es que sea la más lista de la sala (aunque lo es, un poco), sino que siempre lanza la pregunta que nadie se atreve a hacer. Y eso abre conversaciones. Abre caminos. Abre cabezas.

Ser Chief Curiosity Officer es tener el valor de decir: “No sé, vamos a descubrirlo juntos.” Es escuchar de verdad, no para responder, sino para aprender. Es investigar tendencias, leer libros que no entiendes del todo, hablar con gente de otras industrias. Es estar siempre un poco incómodo, pero con ilusión.

Curiosidad no es debilidad. Es mucho más. Es motor. Es energía. Es humildad en movimiento. Es decir: no me importa parecer ingenuo si eso significa que aprendemos algo nuevo.

Al loro, no es solo personal. La cultura de una empresa cambia cuando el líder deja de buscar respuestas y empieza a fomentar preguntas. Cuando en lugar de premiar al que acierta, celebras al que explora. Cuando el PowerPoint se cambia por una buena lluvia de ideas. O cuando en las reuniones alguien dice: “¿Y si probamos otra cosa?”, y en lugar de un silencio incómodo, hay un “venga, cuéntame más”.

También se trata de conectar los puntos. De ver patrones donde otros solo ven datos. De preguntarse cómo afecta una tecnología emergente a tu industria. O qué está haciendo una nueva startup en Singapur que podría inspirar a tu equipo en Madrid.

Si estás al frente de algo, te dejo esta reflexión: deja de buscar tener la razón y empieza a buscar la pregunta correcta. Y si puedes, haz que tu título en LinkedIn diga algo como: “Aprendiz profesional”. Te prometo que abre muchas puertas. Algunas ni sabías que existían. Porque ser curioso hoy no es una opción. Es la única forma de no quedarse atrás.

Y quizá, si lo piensas bien, liderar hoy no va de tener todas las respuestas, sino de tener el coraje de hacer las preguntas que importan. Va de mirar al equipo y decir: “No lo sé... pero me muero de ganas por averiguarlo contigo.” Porque en un mundo que cambia antes de que termines una frase, la certeza es un ancla, pero la curiosidad es una vela. Y al final, eso somos los que lideramos con preguntas: gente que camina con los ojos bien abiertos, con la mente en modo aprendiz y con el alma puesta en lo posible. Porque hay algo profundamente humano en aceptar que no lo sabemos todo... y algo profundamente poderoso en no conformarnos con eso.

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