Los valores del liderazgo
(*) Consultora y divulgadora del liderazgo y talento organizacional | CEO de TalensIA HR & Ingenio, Leadership school
La calidad de las personas que atraes a tu empresa o a tu vida personal está directamente relacionada con el tipo de visión que tienes. S. Sinek.
Ocupar una posición de liderazgo no indica necesariamente que actúes como un líder. Tienes éxito como líder cuando la gente está dispuesta a seguirte por una motivación intrínseca. Puedes alcanzar esta posición por varios medios. Puede ser por tu cargo, tus ingresos o tu ingenio. Sin embargo, la gente no sigue a los verdaderos líderes por lo que tienen, sino por la perspectiva que aportan y su capacidad de motivar a los demás para alcanzar esa visión colectiva.
La cultura que formamos nos ayuda a alcanzar el éxito, no nuestra apariencia. No hace falta ser rico o muy influyente para llegar a ser un líder. Lo que debes hacer es comprender a las personas con las que interactúas. Si tus valores coinciden con los suyos, estarán encantados de seguirte. Si las inspiras, estarán encantadas de superarse en tu honor. Así es como se consiguen resultados fantásticos en cualquier ámbito.
Las empresas de éxito saben identificar a los clientes que comparten sus ideas. Compartir una identidad crea una atmósfera de confianza que, a su vez, genera lealtad. Southwest Airlines es excelente a la hora de encontrar trabajadores que encajen perfectamente con la compañía. La consecuencia de encontrar personas que crean en sus valores es que estas ofrecen un servicio insuperable. Herb Kelleher, su principal directivo durante los últimos veinte años, afirma que la actitud es más crucial que las aptitudes, porque los empleados potenciales pueden aprender fácilmente estas últimas.
Las habilidades son conocimientos prácticos, y enseñarlas es mucho más fácil que enseñar valores; estos son abstractos y están profundamente arraigados. Las personas basan su personalidad en valores y creencias fundamentales, y por supuesto la disposición a cambiar de actitud puede variar de una persona a otra. Algunas, obstinadas, se niegan a modificar sus creencias para adaptarse a una empresa. No obstante, vale la pena escuchar su punto de vista porque pueden aportar algo importante de lo que puede carecer la organización ya establecida. Pero otros individuos están dispuestos a cambiar su perspectiva. Este proceso requiere un esfuerzo y un tiempo adicionales, de los que no siempre dispone una empresa. Por ello es mucho más efectivo realizar procesos de selección que contemplen la alineación de valores personales con los corporativos. Un líder debe ser capaz de crear una atmósfera en la que puedan generarse y ejecutarse grandes ideas; en eso deben centrarse los buenos directivos, en lugar de en intentar alimentar su ego siendo los únicos que generan ideas. Steve Jobs no inventó toda la tecnología que produce Apple. Proporcionó un modelo en torno al cual sus empleados innovan.
Un líder inspirador es un elemento más del éxito. Nada puede suceder sin personas que conviertan las ideas en realidad. Eso es el resultado de la acumulación de muchos esfuerzos. Algunas personas generan ideas, mientras que otras las diseñan, las analizan o les encuentran aplicación. Nadie es una isla. Una creación fructífera requiere muchas mentes brillantes trabajando en ella, quienes crearán los sistemas y procesos para hacer realidad la visión.
Porque al final, los grandes líderes son carismáticos porque saben por qué hacen lo que hacen y creen en una causa que es más grande que ellos.