SEGRE

Creado:

Actualizado:

Sueños en Oslo es una introspección personal al universo de una joven de 17 años que despierta a las pulsaciones emocionales que bullen en su cabeza y en su cuerpo.

Johanne relata a través de sus escritos una lección de vida que va aprendiendo y mostrando a través de las palabras. En su búsqueda, en sus silencios de admiración hacia otra persona, ante su profesora de francés de la que ha quedado prendada y que la lleva a deprimirse y a ilusionarse en una variación insistente y obsesiva.

Todo es tan particular, tan secreto e íntimo, que nadie a su alrededor lo siente o conoce, hasta que decide mostrar sus escritos a su abuela, abierta a cualquier tipo de manifestación sensitiva de su nieta, quedando sorprendida por la técnica literaria que posee su nieta. Y sin poder evitarlo, también se mostrarán a la madre para que los lea, una madre que desconocía sus sentimientos escondidos hasta el punto de creer que esas percepciones de la vida adolescente deberían publicarse.

Existen frases bonitas en los pensamientos de Johanna en su afán por la lectura: “Leo para tener un sitio a donde ir”. Delicadas, apasionadas sobre lo que se insinúa y lo que se calla formando aristas de ese enamoramiento incesante, en ese deseo sexual que ocupa su mente en todo momento con tan solo mirar a su objeto del deseo, de rozarlo, de imaginarlo piel contra piel. Incluso ante lo que aquí se desarrolla, se inicia también una conversación entre la madre y la abuela de la joven, y de cómo la película Flashdance se convirtió en un choque de libertad frustrada entre ambas,

Sueños en Oslo

Sueños en Oslo tiene en algunos momentos un ritmo pausado –de carácter nórdico para entendernos–, inocente en la superficie y con alguna escena que poco o nada aporta al tema que trata, aunque se alzó con el Oso de Oro a la mejor película en el pasado Festival de Berlín. Tal vez porque es más que una mirada hacia ese momento en que las hormonas tienen la fuerza pasional de la juventud, indagando además en la relación entre maestra y alumna al mantenerse un cara a cara entre la madre que expone sus dudas y una profesora que justifica un acercamiento afable entre una persona adulta y una adolescente, algo que deja recelo en el aire y abre una vía que no quiere entrar en los detalles, en la verdad y en la mentira, ya que el realizador Dag Johan Haugerud pretende ser más amable con los sentimientos de Johanna para dejarla avanzar en las experiencias del amor, en que todo fluya, porque llegarán más personas, más historias, más encuentros y experiencias, de esas que van conformando las piezas de una vida.

Titulars del dia

* camp requerit
Subscriu-te a la newsletter de SEGRE
tracking