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Pau Vallvé durante su concierto en Lleida.

Pau Vallvé durante su concierto en Lleida.J.C.

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FOLK / ELECTRO-ÉTNICA

La tercera jornada del Festival Mud, 2023, fue por los mismos derroteros artísticos apuntados en mis dos anteriores columnas publicadas en estas mismas páginas. A saber, un par de adictivos conciertos, uno de pop-folk eléctrico, vibrante y adictivo, protagonizado por Pau Vallvé, y el vespertino que cerraba sesión, con la espectacular puesta en escena de los Baiuca, dando rienda suelta a su conocida mixtura de ritmos étnicos aderezados por la electrónica. El caso es que, como sus antecesores en el cartel y con ambas salas repletas de ese público muy interesado que este año ha acudido en masa al reclamo de nuestro evento musical más alternativo, los dos shows del sábado destacaron por su singularidad respectiva y por abrir al espectador vías alternativas y muy diferentes de disfrute musical.

Para empezar, Vallvé nos preparó una muy llamativa presentación, rica en juegos de luces, y en la que sus canciones y su talento melódico destacaron sobremanera. La cosa iba de presentar :), su último álbum de título tan enigmático, colección espléndida de composiciones, bellas a matar en forma y fondo, pero cargadas de artillería temática y lúcido análisis social, flanquedo por Jordi Casadesús (bajo, teclado, simples y coros), “Turre” y Abril Saurí (ambos, batería y coros) y Julia Martín (percusiones, teclados y coros), sonando todos de nota para hacernos volar. La continuación, con rápido cambio de espacio, vino de la mano de Baiuca, alias artístico de Alejandro Guillán Castaño, ese gallego genial que ha creado estilo propio, la “folktrónica”, que ya descubrimos en otro MUD hace siete u ocho años, gracias a Toni Gorgues.

Ahora, dejando ese formato de músico unipersonal que recordábamos con sumo agrado, se nos ha presentado (r)evolucionado junto a varios músicos y cantantes, con en este proyecto propio en el que se empecina en acercar la tradición gallega a la vanguardia electrónica. Con todos excitadísimos y bailando hasta la extenuación, tomamos conciencia del valor transgresor de Baiuca, capaz de hacer alquimia pura con lo ancestral y las sonoridades más modernas como ingredientes destacados.

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